31 de agosto de 2011

Una fuerte granizada arrasa cerca de 2.000 hectáreas de almendros y viñedos


Las organizaciones agrarias advierten de que en algunas explotaciones han perdido «un 90% de la producción» 

31.08.11 - 00:37 - 


Llueve sobre mojado. Una fuerte granizada asestó este lunes un duro golpe al ya de por sí castigado sector de la agricultura regional. Aunque las organizaciones agrarias aún no han tenido tiempo para hacer números y cuantificar las pérdidas, ya avanzaron ayer que éstas son «cuantiosas». Desde Coag estiman que unas 2.000 hectáreas de cultivo, principalmente de almendros y viñedos, se podrían haber visto afectadas por el temporal. Asaja recuerda que este nuevo envite llega «en un año muy difícil»
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«En las pedanías altas de Lorca cayó mucho granizo y muy grande, como huevos», explicaba ayer Antonio Moreno, de la organización agraria UPA, tras pisar suelo y comprobar sobre el terreno los destrozos de la granizada. Ésta se dejó sentir a última hora de este lunes y, según fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), afectó principalmente a las localidades de Bullas, Avilés, Cehegín y Yecla. Las organizaciones agrarias coincidieron ayer en señalar que la zona en la que los cultivos habían resultado más dañados era la de las pedanías altas de Lorca (Coy, Avilés, Zarzadilla de Ramos, La Paca...). También en Bullas, Calasparra, Mula o Cieza se registraron daños, aunque de menor cuantía.
El director general de Industria Agroalimentaria y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, ofreció ayer una primera valoración de los daños tras recorrer algunas de las zonas afectadas. Según explicó, en las pedanías lorquinas se encuentra el mayor número de damnificados. En Avilés, por ejemplo, cayeron piedras de gran tamaño sobre aproximadamente unas 500 hectáreas de almendro y viñedo, «llegando incluso a perderse en algunos casos el 90% de la producción que estaba a punto de ser recogida».
Por tercer año consecutivo las pedanías altas de Lorca han vuelto a sufrir los efectos devastadores de una tormenta de granizo y lluvia. Los agricultores afectados ya han comenzado los trámites para dar parte al seguro con el fin de obtener las oportunas indemnizaciones. En el último año se ha incrementado el número de asegurados en esta zona tras la trágica experiencia de los veranos anteriores.
La del lunes pilló por sorpresa a los vecinos que en poco tiempo vieron como la calle se llenaba de piedras de gran calibre. Además de en la agricultura, también se produjeron daños en las cubiertas de algunas naves ganaderas, así como en los tejados de viviendas y en los vehículos que estaban estacionados en la calle.
Las plantaciones de almendra y uva fueron las más afectadas. Según apuntaba ayer el concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Lorca, Ángel Meca, a falta de que los técnicos pongan cifra a los daños, se estima que puede haber un centenar de hectáreas de viñedo dañadas y varios centenares de hectáreas de almendro. En las plantaciones que se puedan salvar se van a aplicar fungicidas, a excepción de las dedicadas a producción intensiva y ecológica, y aquellas otras en las que la recolección estaba próxima a realizarse.
Los cultivos de almendra y los viñedos han sido en general los más afectados por este temporal. «En la almendra, por ejemplo, hay alguna variedad tardía que se ha salvado, pero a la mayoría la ha pillado en plena recolección», explicaba Miguel Padilla, de Coag. «La almendra ya estaba blanda, lista para la recolección», lamentaba Moreno.
Los viñedos también madrugaron ayer contabilizando los daños. «La uva estaba a punto de vendimiar, apenas faltaban unos días», explicaba Padilla. García Lidón añadió que «algunas bodegas han perdido prácticamente el 100% de la producción» y afirmó que la madera de los viñedos está también dañada, pese a lo que en muchos casos no podrá ser tratada con fungicidas porque «son cultivos sujetos a los requisitos de la producción ecológica e integrada».
No solo los viñedos y almendros se vieron afectados. El pedrisco también se ensañó con algunas hortalizas. «Las primeras hortalizas de la nueva temporada se suelen plantar en esa zona por la temperatura», explicaba Moreno, de UPA. Jose Antonio Gálvez Caravaca, secretario general de Asaja, apuntaba que la granizada afectó también a los primeros cultivos del próximo invierno, como lechugas, alcachofas, coliflor, brócoli...
En el mapa de los daños ocasionados por el pedrisco también aparece, aunque en menor medida, los campos de Jumilla o de Yecla. En esta zona, según explicaron desde UPA, también se resintieron los cultivos de oliveras. «El pedrisco ha marcado bastante la aceituna», lamentó Moreno. En Bullas, sobre todo en la parte sur y la Venta del Pino, se han visto afectadas en una primera estimación cerca de 700 hectáreas de almendro, viñedo y frutales. La Comunidad cifró ayer las pérdidas en aproximadamente unos 600.000 euros. En Cehegín también son cuantiosos los daños producidos por estas tormentas, sobre todo en los viñedos. También se han visto perjudicadas las producciones de manzanas, peras y olivas, así como las plantaciones de hortalizas. En Yecla, por el contrario, dado que apenas se registró granizo, la lluvia -salvo algunas excepciones- ha venido bien. El agua caída ha podido ser «hasta beneficiosa para la uva que se recogerá dentro de unas semanas», explicó un bodeguero de la ciudad. La campaña de la vendimia allí sigue con normalidad y con buenas expectativas.
Un año difícil
A la hora de valorar la granizada de este lunes, Gálvez Caravaca, de Asaja, recordó que este nuevo golpe viene en un año «que está siendo muy difícil» para el sector. Según explicó, los principales damnificados por este temporal han sido agricultores de pequeñas y medianas explotaciones y de entre 45 y 60 años de edad. Un colectivo que ya se está enfrentando a un año muy difícil por la crisis del 'E.coli' y el descenso paulatino de las rentas de los agricultores.
Con todos estos problemas sobre la mesa, el secretario de Asaja auguró que muchos agricultores abandonarán a corto y medio plazo la profesión. «La situación del agricultor en este momento es insostenible», alertó. «Hay explotaciones en las que los costes de producción están por encima de lo que perciben y los agricultores no quieren seguir con sus explotaciones porque no ven rentabilidad. Muchos se están planteando ya el cierre de sus explotaciones o están vendiendo sus tierras a extranjeros para que se hagan chalés». Lo dicho, llueve sobre mojado

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