25 de octubre de 2009

REAL MURCIA/ Una nueva derrota, otra decepción


La Verdad
El Real Murcia sigue sin ganar tras nueve jornadas y sólo ha sumado 7 puntos de 27
El Recreativo fue muy superior y el proyecto nacido para luchar por el ascenso se viene abajo

LA CLAVES
El centro del campo fue una fiasco. Campos prefiere a Mejía antes que a los fichajes de este año
El equipo sigue sin ganar, pero ayer aumentó el desastre añadiendo una buena dosis de mal juego
¿Dónde está la solución esta vez? ¿Es el técnico el culpable, los jugadores, Samper o sus hombres de confianza?
Nueva Condomina se ha quedado a oscuras. El Recreativo apagó la tenue luz que aún brillaba en el equipo grana. Las escasas opciones de salvar un proyecto que había nacido con vocación de ascenso se disiparon. Todas pasaban por ganar el partido. Pero todas se marcharon tras nueve jornadas sin lograr una victoria. La temporada se ha transformado en una desalentadora lucha por la permanencia. Otro año igual, los mismos errores, un nuevo desengaño. Todo se repite. Nada cambia en el Real Murcia. Tampoco la afición. Después de tantos años de decepciones sigue ahí, incondicional a su equipo. Pero ha enmudecido. Ni una protesta, ni una queja, ni un reproche.
¿De quién es la culpa esta vez? Nadie lo sabe. En el club todos se miran y nadie responde. ¿En qué asiento está el error? ¿En el banquillo o en el vestuario? ¿en el del consejero delegado, que es el que informa a Samper, o en el del director deportivo? ¿en todos o en ninguno?
Sea cual sea el problema, al Real Murcia no le salen las cuentas. El equipo de Campos llevaba ya muchas jornadas marchitándose. No ganaba. Tampoco perdía. Y eran los míseros puntos que conseguía con las igualadas los que dejaban un pequeño rayo de esperanza para pensar que llegarían tiempos mejores. Pero no han llegado y la paciencia en el fútbol es demasiado corta. Mucho menor cuando por el camino se han quedado 20 puntos. Las excusas de las sensaciones, de los deseos y de las esperanzas ya no se sostienen. Los números del inicio de liga son demoledores.
Algo no funciona en la plantilla grana. Ayer, cuando más obligados estaban a dar lo mejor de sí mismos y a jugar un buen partido, los futbolistas se desplomaron. Sobre todo en la segunda parte, cuando un centro del campo, ya de por sí quebradizo y poco consistente, se fue abajo.
El Real Murcia de ayer fue un horror. Posiblemente el peor de toda la temporada a pesar de que, al menos en el banquillo, alguien se jugaba el puesto.
Algo está fallando una vez más. Mejía no es centrocampista, pero juega de pivote. Van Den Boogaart es especialista en esta posición, pero está en la grada, y Pere Martí se fichó para sustituir a Pereyra, pero juega sólo unos pocos minutos de suplente. Un lío de jugadores, nombres y posiciones que por unas razones o por otras no dan el rendimiento suficiente para que el Real Murcia esté en lo alto de la tabla.
A todo este problema hay que añadir el que algunos futbolistas no juegan en el sitio que, sobre el papel, deben de dar más rendimiento. Mejía vuelve al puesto en el que Javier Clemente lo puso la pasada temporada, y Mario Rosas está tan lejos del área rival que termina siendo totalmente inofensivo. Ayer jugó un partido para olvidar. Su aportación fue nula, pero no es el primer jugador que pasa por esta situación en el Real Murcia.
Son muchos los futbolistas que cumplen en sus equipos antes de llegar al club grana y triunfan cuando se marchan. Con la camiseta murcianista casi nunca hacen nada. Algo tiene el Real Murcia que, a pesar del gran desembolso que hace en cada plantilla, no logra que los jugadores que ficha terminen demostrando el talento de otras temporadas. Algo similar pasa en el banquillo. Por el del Real Murcia han desfilado decenas de entrenadores en los últimos tiempo. Ninguno logra quedarse más de dos años.
Esta temporada, en la que los murcianos Campos y Franco han tomado el mando, estaba llamada a ser diferente. Nada más lejos de la realidad. El club sigue teniendo los mismos problemas de siempre y la plantilla, con jugadores de nivel en Segunda División, termina mostrando su lado más mediocre.
Así está el panorama, por lo el Recreativo no tradó en tomar el mandó y pasó a dirigir con comodidad el juego. Bajo su control el Real Murcia no fue nada. El gol estaba a punto de llegar. Todos los veían. Nadie lo quería. Pero llegó. Fue a cinco minutos para el final cuando Bouzón traspasó la línea de gol de Elía y apagó todos los interruptores del estadio grana.
Hasta ese momento el Real Murcia había dado un nivel bajo, pero mantenía la esperanza. Nadie había sido capaz de marcar un gol. Tanto el equipo de Campos como el Recreativo habían tenido oportunidades, habían fallado ante la portería contraria y habían demostrado que en muchas ocasiones el fútbol de Segunda División puede ser una condena para la afición. La pareja de pivotes compuesta por Mejía y María Rosas resultó un fiasco. Mucho peor cuando Campos decidió deshacerla para dar entrada a Pere Martín, quitando al más ofensivo de los dos. Rosas salió por la línea de medio campo mientras que el público pitaba al entrenador por una apuesta sin riesgos en la que siempre se prima la capacidad defensiva.
A partir de ahí todo fue pena y sufrimiento. La peor segunda parte del equipo con diferencia. Tras el descanso, el Real Murcia se hundió sin remedio. Luque, que en los partido anteriores había sido el mejor, no puso ni un solo centro bueno, Chando falló todo, Pedro e Isaac fueron más de lo mismo. Llegaba el Recreativo sin problemas, nadie ponía freno. El Murcia ya estaba descompuesto. Ni valía el empate, ni valía la derrota.
Como en la primera jornada, volvió a perder el equipo grana. Campos no ejerce el control sobre su plantilla. La afición se resigna y en el club nadie sabe muy bien a quien culpar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario