El PSOE revalidó una mayoría que le permitirá gobernar holgadamente tras unas elecciones que afianzan el bipartidismo y que, por primera vez, en la reciente historia democrática, dejan sin grupo parlamentario a la izquierda no socialista.
El PSOE avanza en escaños y en porcentaje de votos -cerca del 44%-, aunque en menor medida que los populares -que recortan dos puntos la diferencia de 2004-, un resultado que permitirá a Rajoy -si la contestación interna no lo impide- salvar la cabeza y mantenerse como líder de la oposición.
Los socialistas se beneficiaron de un voto útil que se llevó por delante al coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, obligado a dimitir por la debacle de su formación.
El PSOE avanza en escaños y en porcentaje de votos -cerca del 44%-, aunque en menor medida que los populares -que recortan dos puntos la diferencia de 2004-, un resultado que permitirá a Rajoy -si la contestación interna no lo impide- salvar la cabeza y mantenerse como líder de la oposición.
Los socialistas se beneficiaron de un voto útil que se llevó por delante al coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, obligado a dimitir por la debacle de su formación.
Junto a IU, los grandes derrotados fueron los republicanos de Esquerra, víctimas de otro espectacular batacazo (de 8 a 3 escaños) que les dejará sin grupo parlamentario salvo que el PSOE sea generoso y les preste un par de diputados.
El País Vasco y Cataluña, claves
Cataluña y el País Vasco contribuyeron decisivamente a la victoria de Zapatero.
En esta primera comunidad, los socialistas aumentaron su representación en cuatro diputados, dos de ellos en Barcelona, donde el caos ferroviario no hizo mella entre los electores. En Euskadi, el PSE se convierte en la primera fuerza política en sus tres provincias.
Es destacable el retroceso en apoyo popular del PNV que, pese a perder un sólo escaño, obtuvo siete puntos menos en porcentaje de voto. El castigo a los nacionalistas vascos puede ser interpretado como un rechazo al nuevo plan soberanista del lehendakari y su proyecto de referéndum. La participación en Euskadi fue del 65%, 10 puntos menos que la media nacional (75,36%), debido, muy posiblemente, al llamamiento a la abstención y al boicot de Batasuna y sus herederos.
Con sus 169 escaños, el PSOE podrá elegir pareja de baile, ya sea con sus antiguos socios o con CIU, que ganó 11 diputados y que ya anoche se acicalaba para la ocasión. “Gobernaré para todos, pero pensando antes que nada en los que no tienen de todo”, proclamó Zapatero ante la multitud que lo aclamaba.
Rajoy 'salva los muebles'
El País Vasco y Cataluña, claves
Cataluña y el País Vasco contribuyeron decisivamente a la victoria de Zapatero.
En esta primera comunidad, los socialistas aumentaron su representación en cuatro diputados, dos de ellos en Barcelona, donde el caos ferroviario no hizo mella entre los electores. En Euskadi, el PSE se convierte en la primera fuerza política en sus tres provincias.
Es destacable el retroceso en apoyo popular del PNV que, pese a perder un sólo escaño, obtuvo siete puntos menos en porcentaje de voto. El castigo a los nacionalistas vascos puede ser interpretado como un rechazo al nuevo plan soberanista del lehendakari y su proyecto de referéndum. La participación en Euskadi fue del 65%, 10 puntos menos que la media nacional (75,36%), debido, muy posiblemente, al llamamiento a la abstención y al boicot de Batasuna y sus herederos.
Con sus 169 escaños, el PSOE podrá elegir pareja de baile, ya sea con sus antiguos socios o con CIU, que ganó 11 diputados y que ya anoche se acicalaba para la ocasión. “Gobernaré para todos, pero pensando antes que nada en los que no tienen de todo”, proclamó Zapatero ante la multitud que lo aclamaba.
Rajoy 'salva los muebles'
El PP, con algo más del 40% de los votos, aplaza quizás indefinidamente la renovación de su cúpula dirigente. La ganancia de cinco escaños respecto a los 148 de 2004 da un balón de oxígeno a Rajoy, que desde el balcón de Génova resumía en una frase su ‘éxito’: “Somos el partido que más ha subido en votos, escaños y porcentaje”.
La gran sorpresa de la jornada fue la irrupción en el Parlamento de Rosa Díez y su Unión, Progreso y Democracia, cuatro meses después de su constitución como partido. La ex dirigente socialista pone así la primera piedra de un proyecto que aspira a consolidarse como fuerza nacional.
En el bando de los derrotados, EA y la Chunta, que pasan a convertirse en extraparlamentarios. Y Coalición Canaria, condenada a perder su grupo parlamentario.
La gran sorpresa de la jornada fue la irrupción en el Parlamento de Rosa Díez y su Unión, Progreso y Democracia, cuatro meses después de su constitución como partido. La ex dirigente socialista pone así la primera piedra de un proyecto que aspira a consolidarse como fuerza nacional.
En el bando de los derrotados, EA y la Chunta, que pasan a convertirse en extraparlamentarios. Y Coalición Canaria, condenada a perder su grupo parlamentario.
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