27 de julio de 2009

El Gobierno indio envía 10.000 militares a combatir la insurgencia en una región de 200.000 habitantes

Los separatistas dimasas de Assam son una de las prioridades de la estrategia contrainsurgente de Nueva Delhi
MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La provincia de North Cachar Hills (menos de 200.000 habitantes), en el estado indio de Assam, se convertirá en una de las regiones del mundo con mayor índice de militares por habitante, ya que el Gobierno indio tiene previsto enviar a unos 10.000 soldados para combatir a la insurgencia del Dima Halim Daogah (DHD), un grupo que reivindica la independencia del pueblo dimasa.
La captura del presidente del DHD, Jewel Garlosa, arrestado a principios de junio, parece un avance en la ofensiva contrainsurgente de las autoridades indias, aunque desde el propio grupo restan importancia a la detención.
"Decidles (al Gobierno indio) que si creen que pueden aplastarnos sólo porque tengan a nuestro presidente, están equivocados. Nuestro movimiento no se detendrá", afirmó el comandante Daniel Dimasa, uno de los más importantes dirigentes del DHD, en declaraciones a la International Relations and Security Network (Red de Relaciones Internacionales y Seguridad, ISN). El propio Dimasa se escapó de la cárcel en diciembre del año pasado tras pasar ocho meses preso.
Dimasa --emboscado en las junglas de North Cachar Hills-- cortó la entrevista telefónica de manera abrupta. "Es demasiado peligroso. Nos están rastreando", dijo.
El Gobierno central del Congreso Nacional Indio (CNI), reforzado por su aplastante victoria en las legislativas de esta primavera, ha comenzado a aplicar su anunciada política de tolerancia cero con la insurgencia, activa en Assam y los estados colindantes del noreste del país, pero también en la parte oriental de la península india a través de los naxalistas maoístas.
"La percepción del Gobierno es que si Sri Lanka, una pequeña isla, puede erradicar a los insurgentes (tamiles), ¿por qué no podemos hacerlo nosotros?", indicó Umeshwar Singh, un funcionario del servicio secreto indio destinado en Haflong, capital del distrito de North Cachar Hills.
ATAQUES CONTRA INFRAESTRUCTURAS
Dentro de esta estrategia, el DHD, también conocido como Viuda Negra, es una de las prioridades, ya que ha exhibido una brutalidad sin precedentes en sus acciones, que incluyen los asesinatos, los secuestros y la extorsión a empresarios. Pero lo más importante, según las autoridades, es que han declarado una guerra particular al proyecto de la Autopista Este-Oeste que conectará los dos extremos del país y al plan de reconversión de los ferrocarriles.
Los principales contratistas de la autopista han hecho público recientemente un comunicado en el que amenazan con la "retirada absoluta" del proyecto ante los constantes asesinatos y secuestros de sus trabajadores por los grupos separatistas. De hecho, varias empresas se han retirado ya del proyecto por miedo a estos ataques.
Pero la ofensiva militar no tiene visos de lograr resultados a corto plazo, ya que el terreno montañoso, de jungla, es el lugar perfecto para que se oculten los miembros del DHD. Se estima que hay unos 300 experimentados guerrilleros ocultos en estas junglas poco pobladas. Además, cuentan con fusiles M16, AK-47 de fabricación china y lanzacohetes y unas arcas mucho más llenas que las del Frente Unido de Liberación de Asom (ULFA, por sus siglas en inglés), un grupo separatista mucho más activo y conocido.
Sin embargo, Singh se mostró confiado en la eliminación de la Viuda Negra, ya que, según dijo, el Gobierno estaría dispuesto a enviar incluso más tropas si fuera necesario. "El Gobierno está empeñado en acabar con ellos", afirmó.
Una de las últimas decisiones políticas del Gobierno indio ha sido la de rechazar el alto el fuego propuesto unilateralmente por el DHD. El alto el fuego del DHD fue declarado apenas unos días antes de la captura de Jewel Garlosa. El propio ministro del Interior indio, Palaniappan Chidambaram, ha descartado cualquier tipo de tregua alegando que el DHD podría utilizarla para reorganizarse y rearmarse.
"Un grupo armado no puede ofrecer un alto el fuego a un Gobierno soberano. Un grupo armado debe renunciar a la violencia, rendirse y deponer las armas y después podremos hablar de cualquier otro problema que puedan tener", afirmó Chidambaram en una comparecencia ante el Parlamento indio.
Un miembro de una ONG local no comparte el optimismo del Gobierno. "Se van unos y vienen otros. Crecen como setas", explicó en referencia a la posible derrota del DHD. Además, asegura haber perdido ya la cuenta de los grupos de todos los tamaños a los que ha tenido que pagar algún impuesto revolucionario mensual. "¿A cuantos milicianos puede matar el Ejército? ¿Al 70, al 80 por ciento? ¿Y después? Sólo un puñado basta para engendrar a un nuevo grupo insurgente", dijo bajo condición de anonimato.
PARAMILITARES
La historia de esta convulsa región parece dar la razón al cooperante. El DHD es en realidad el DHD-J (Jewel Garlosa), escindido en 2003 del DHD original, tras la firma de un acuerdo de alto el fuego con el Gobierno central. Unos 800 guerrilleros del DHD están supuestamente internados en cuatro campos, pero aún no han entregado las armas y las tribus locales les atribuyen ataques y extorsiones.
De hecho, los testimonios de habitantes de la zona e incluso de comandantes del DHD apuntan a que el Gobierno estaría empleando al DHD original para combatir de forma irregular a la Viuda Negra de Garlosa en una 'guerra sucia' en la que también estaría implicado otro grupo, el James Group, una escisión de 60 guerrilleros del DHD-J encabezada por uno de sus comandantes, James Dhimasa.
Estos paramilitares acompañan regularmente al Ejército en las operaciones contra la Viuda Negra en flagrante violación del acuerdo de alto el fuego que les prohíbe portar armas, según reconoció un comandante del DHD.
Sin embargo, los habitantes de la zona denuncian que el James Group es tan peligroso, si no más, que la Viuda Negra. "Antes estaban en la clandestinidad, pero ahora este grupo se mueve libremente por las calles con armas, como si tuvieran un acuerdo de alto el fuego no escrito con el Gobierno", denunció un cooperante local en declaraciones al ISN. "El alto el fuego en esta parte del mundo es como una licencia gubernamental para cometer asesinatos y extorsiones", agregó.

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