Asediado por la recesión, el presidente arriesga en Euskadi el futuro de la legislatura
LUIS R. AIZPEOLEA - Madrid - 08/03/2009 / El País.com
LUIS R. AIZPEOLEA - Madrid - 08/03/2009 / El País.com
La pérdida inesperada de la Xunta de Galicia ha encendido la alarma en el Gobierno, que ya se encontraba preocupado por la profundidad de la recesión económica y que ahora contempla con temor el resultado de las elecciones europeas de junio.
El horizonte político se le ha complicado aún más con el resultado de las elecciones vascas. Además del riesgo que asume el próximo Ejecutivo de Patxi López, afectará al ya precario equilibrio de alianzas en las Cortes. Ante el riesgo combinado de recesión e inestabilidad política, los partidos se preguntan: ¿Estamos asistiendo al inicio del fin del ciclo de Zapatero? Éstas son algunas claves.
- La pérdida de Galicia. A una mayoría de partidos la inesperada pérdida de la Xunta de Galicia, pese a la crisis del PP, les lleva a concluir que se trata de un aviso muy serio para Zapatero, cuyo ciclo político empieza a decaer, tocado por la gravedad de la recesión. Pero Zapatero y el PSOE ubican esa derrota en la mala imagen que la Xunta ha trasladado al dar la impresión de que en ella existían dos gobiernos, el del PSOE y el del BNG, peleados entre sí. La conclusión socialista es que más que un aviso por la recesión, el resultado de Galicia responde a un hartazgo del nacionalismo y a la impotencia de Emilio Pérez Touriño para controlar la situación.
- El jeroglífico vasco. El panorama de Euskadi es más arriesgado para Zapatero. Salvo que el PP presente unas condiciones inasumibles para el PSE, en un mes Patxi López será lehendakari. De hecho, él ya se presenta como tal. Tiene al PSE unido, el apoyo de Zapatero y la convicción de que debe presentarse. No ha ganado, pero aglutina la mayoría. Por tanto, según el PSOE, le corresponde ser lehendakari. López quisiera que el PNV se sumara al gobierno como número dos, como hizo el PSE hace 22 años, pero parece imposible, al menos por ahora.
El PNV se prepara para la oposición, con la expectativa de una legislatura corta por la precariedad de apoyos parlamentarios de López (25 sobre 75). Ese reto también es de Zapatero, que une su suerte a la del líder socialista vasco. El activo de López es su entusiasmo, emanado de la voluntad de cambio de muchos vascos, incluidos sectores nacionalistas muy moderados.
Pero su Gobierno va tener enfrente a todo el nacionalismo político, a los sindicatos ELA y LAB y a una ETA en activo, en medio de una recesión. Cuenta sólo con el precario apoyo del PP para la investidura. El riesgo es muy alto. Fuentes socialistas especulan con una fórmula como la de Navarra, en donde UPN gobierna en minoría con el apoyo externo del PSN.
El PSE recuerda precedentes en municipios como San Sebastián, donde Odón Elorza fue elegido alcalde, por vez primera, con el apoyo del PP y ya lleva 19 años en el puesto. Pero la baza principal de López radica, según su entorno, en que tome desde el comienzo iniciativas de cambio que arrastren un amplio apoyo social.
- Alianzas en las Cortes. El Gobierno da por descontado que el PNV, principal soporte en el primer año de esta legislatura junto al BNG, le retirará su apoyo. Seguirá con su estrategia de "geometría variable", pero tiene difícil el apoyo de los demás nacionalistas: el BNG ya no comparte Gobierno con los socialistas en Galicia, y CiU, ERC y Coalición Canaria no le apoyaron el primer año de la legislatura. La hora de la verdad para el Ejecutivo empezará con las elecciones catalanas, en noviembre de 2010. Entonces los nacionalistas se desmarcarán ante una campaña decisiva. Y para las municipales de 2011 el Gobierno puede encontrarse con una pinza del PP con el PNV y otros partidos nacionalistas.
- Crisis y europeas. Las elecciones de junio de 2009 se han convertido en un examen sobre la repercusión de la recesión en la opinión pública. El Ejecutivo confía en que, tras la primavera y durante el verano, el desempleo se contenga como efecto de los planes municipales y el turismo.
Pero continúa el problema de fondo: la falta confianza, porque nadie sabe, ni en España ni fuera, cuándo va a tocar fondo la recesión. Muchas iniciativas del Gobierno chocan contra ese muro. Junto a ello, el titular de su equipo económico, Pedro Solbes, ha dado claros síntomas de cansancio, propiciando especulaciones sobre su relevo. En estas condiciones, las elecciones europeas serán una gran encuesta que marcará el grado de desgaste del Gobierno.
- El plan de Zapatero. Zapatero parece estar a la espera de que el horizonte político se despeje para tomar una iniciativa política, como un cambio de Gobierno. Las próximas semanas tiene una agenda internacional, marcada por las cumbres de Praga y Berlín -donde conocerá a Obama-, que fijarán las pautas contra la recesión. Tras las elecciones europeas, en junio se celebrará el debate sobre el estado de la nación, en cuyo marco el Gobierno prevé aprobar un ambicioso paquete de reformas contra la crisis -en el terreno educativo, energético, tecnológico, laboral, liberalización de servicios...- y, como colofón, se prevé una amplia remodelación del Gabinete.
- La pérdida de Galicia. A una mayoría de partidos la inesperada pérdida de la Xunta de Galicia, pese a la crisis del PP, les lleva a concluir que se trata de un aviso muy serio para Zapatero, cuyo ciclo político empieza a decaer, tocado por la gravedad de la recesión. Pero Zapatero y el PSOE ubican esa derrota en la mala imagen que la Xunta ha trasladado al dar la impresión de que en ella existían dos gobiernos, el del PSOE y el del BNG, peleados entre sí. La conclusión socialista es que más que un aviso por la recesión, el resultado de Galicia responde a un hartazgo del nacionalismo y a la impotencia de Emilio Pérez Touriño para controlar la situación.
- El jeroglífico vasco. El panorama de Euskadi es más arriesgado para Zapatero. Salvo que el PP presente unas condiciones inasumibles para el PSE, en un mes Patxi López será lehendakari. De hecho, él ya se presenta como tal. Tiene al PSE unido, el apoyo de Zapatero y la convicción de que debe presentarse. No ha ganado, pero aglutina la mayoría. Por tanto, según el PSOE, le corresponde ser lehendakari. López quisiera que el PNV se sumara al gobierno como número dos, como hizo el PSE hace 22 años, pero parece imposible, al menos por ahora.
El PNV se prepara para la oposición, con la expectativa de una legislatura corta por la precariedad de apoyos parlamentarios de López (25 sobre 75). Ese reto también es de Zapatero, que une su suerte a la del líder socialista vasco. El activo de López es su entusiasmo, emanado de la voluntad de cambio de muchos vascos, incluidos sectores nacionalistas muy moderados.
Pero su Gobierno va tener enfrente a todo el nacionalismo político, a los sindicatos ELA y LAB y a una ETA en activo, en medio de una recesión. Cuenta sólo con el precario apoyo del PP para la investidura. El riesgo es muy alto. Fuentes socialistas especulan con una fórmula como la de Navarra, en donde UPN gobierna en minoría con el apoyo externo del PSN.
El PSE recuerda precedentes en municipios como San Sebastián, donde Odón Elorza fue elegido alcalde, por vez primera, con el apoyo del PP y ya lleva 19 años en el puesto. Pero la baza principal de López radica, según su entorno, en que tome desde el comienzo iniciativas de cambio que arrastren un amplio apoyo social.
- Alianzas en las Cortes. El Gobierno da por descontado que el PNV, principal soporte en el primer año de esta legislatura junto al BNG, le retirará su apoyo. Seguirá con su estrategia de "geometría variable", pero tiene difícil el apoyo de los demás nacionalistas: el BNG ya no comparte Gobierno con los socialistas en Galicia, y CiU, ERC y Coalición Canaria no le apoyaron el primer año de la legislatura. La hora de la verdad para el Ejecutivo empezará con las elecciones catalanas, en noviembre de 2010. Entonces los nacionalistas se desmarcarán ante una campaña decisiva. Y para las municipales de 2011 el Gobierno puede encontrarse con una pinza del PP con el PNV y otros partidos nacionalistas.
- Crisis y europeas. Las elecciones de junio de 2009 se han convertido en un examen sobre la repercusión de la recesión en la opinión pública. El Ejecutivo confía en que, tras la primavera y durante el verano, el desempleo se contenga como efecto de los planes municipales y el turismo.
Pero continúa el problema de fondo: la falta confianza, porque nadie sabe, ni en España ni fuera, cuándo va a tocar fondo la recesión. Muchas iniciativas del Gobierno chocan contra ese muro. Junto a ello, el titular de su equipo económico, Pedro Solbes, ha dado claros síntomas de cansancio, propiciando especulaciones sobre su relevo. En estas condiciones, las elecciones europeas serán una gran encuesta que marcará el grado de desgaste del Gobierno.
- El plan de Zapatero. Zapatero parece estar a la espera de que el horizonte político se despeje para tomar una iniciativa política, como un cambio de Gobierno. Las próximas semanas tiene una agenda internacional, marcada por las cumbres de Praga y Berlín -donde conocerá a Obama-, que fijarán las pautas contra la recesión. Tras las elecciones europeas, en junio se celebrará el debate sobre el estado de la nación, en cuyo marco el Gobierno prevé aprobar un ambicioso paquete de reformas contra la crisis -en el terreno educativo, energético, tecnológico, laboral, liberalización de servicios...- y, como colofón, se prevé una amplia remodelación del Gabinete.
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