Revisar los textos sagrados, cuestionar la poligamia, equiparar al hombre y a la mujer, condenar los crímenes de honor y la mutilación genital femenina. Así de combativas han llegado a Barcelona las participantes del III Congreso Internacional de Feminismo Islámico, que comenzó el viernes y durará hasta el lunes.
Estos días el Corán se lee de otra manera. El ala más feminista del islam ha llegado a la capital catalana para celebrar conferencias, charlas y debates: un intercambio de ideas y experiencias para renovar una religión a menudo salpicada de interpretaciones patriarcales y machistas.
Crímenes religiosos
El jueves, por ejemplo, una Corte de apelaciones de Afganistán perdonó la vida a un periodista, conmutándo la condena por 20 años de cárcel, por haber escrito un artículo en el que cuestionaba la ley islámica de no permitir a las mujeres usar Internet. Y no es un caso aislado: una esposa lapidada en Somalia por acostarse con otro hombre; una joven violada por cuatro hombres, en cumplimiento de una sentencia, para castigar a su hermano. Prácticamente a diario, los periódicos recogen barbaridades que los legisladores dictan en nombre del islam y, a menudo, el blanco de la ignominia son las mujeres. Así que no es baladí que las intelectuales musulmanas hayan decidido luchar por sus derechos.
"Lo que ha seleccionado lo más conservador sobre lo más innovador [del Corán] ha sido la interpretación de los hombres", resume la directora de la Casa Árabe, Gema Martín Muñoz. Y esto las asistentes al Congreso –intelectuales, ministras y profesoras– lo tienen clarísimo. En ediciones anteriores, las ponentes manifestaron "su compromiso para continuar el yihad de género, es decir, recuperar el mensaje igualitario y la libertad de interpretación y de conciencia". Sin duda, hitos muy ambiciosos, al menos aún hoy en día.
"Lo importante no son las etiquetas. Da igual llamarlo feminismo o de otra manera, lo importante es que las mujeres sufren", ataja la directora del portal islámico Webislam y una de las encargadas de inaugurar el Congreso, Ndeye Andújar, quien también explica que el Corán es feminista o no en función de las interpretaciones que se hagan de él. De hecho, los musulmanes que creen en la igualdad de género repiten sin cesar que el islam no es machista, a pesar de que en la actualidad en la mayoría de países predomine una interpretación patriarcal de los textos sagrados. Esto se traduce en poligamia, menos derechos civiles para las mujeres y, en algunos países, crímenes de honor avalados por los jueces.
Visiones dispares
No obstante, hay quien pronostica el fracaso inevitable de estas posturas tan radicales. "Hay una situación de declive en el islam político, aquel que rechaza todo lo occidental. De hecho, ya hay sociólogos que hablan de post-islamismo", afirma Abdennur Prado, el presidente de Junta Islámica Catalana y uno de los organizadores del Congreso. Con declive o no, sin duda son los hombres quienes tienen la sartén por el mango, tanto en cuestiones legislativas como en dogmas espirituales. Y son muchos de ellos los que no creen necesaria una reivindicación del género en cuestiones religiosas.
"A mí que me perdonen, pero no veo qué sentido tiene el feminismo islámico. Es pedir algo que ya hace 1.400 años que existe", sostiene el secretario de las mezquitas del Arc del Teatre y Erasme de Gener, Mohamed Iqbal Chauhdry, quien tampoco cree que sea necesario que las mujeres ejerzan cargos religiosos. "Dios no ha sido injusto con nadie nunca y no pidió a las mujeres que fueran líderes espirituales porque predicar es muy duro", opina. Pero las voces van alzándose y cada vez son más los hombres y mujeres que, hartos de los regímenes autoritarios y las leyes aberrantes en nombre del islam, piden releer el Corán y adaptarlo a la realidad imperante del siglo XXI.
Estos días el Corán se lee de otra manera. El ala más feminista del islam ha llegado a la capital catalana para celebrar conferencias, charlas y debates: un intercambio de ideas y experiencias para renovar una religión a menudo salpicada de interpretaciones patriarcales y machistas.
Crímenes religiosos
El jueves, por ejemplo, una Corte de apelaciones de Afganistán perdonó la vida a un periodista, conmutándo la condena por 20 años de cárcel, por haber escrito un artículo en el que cuestionaba la ley islámica de no permitir a las mujeres usar Internet. Y no es un caso aislado: una esposa lapidada en Somalia por acostarse con otro hombre; una joven violada por cuatro hombres, en cumplimiento de una sentencia, para castigar a su hermano. Prácticamente a diario, los periódicos recogen barbaridades que los legisladores dictan en nombre del islam y, a menudo, el blanco de la ignominia son las mujeres. Así que no es baladí que las intelectuales musulmanas hayan decidido luchar por sus derechos.
"Lo que ha seleccionado lo más conservador sobre lo más innovador [del Corán] ha sido la interpretación de los hombres", resume la directora de la Casa Árabe, Gema Martín Muñoz. Y esto las asistentes al Congreso –intelectuales, ministras y profesoras– lo tienen clarísimo. En ediciones anteriores, las ponentes manifestaron "su compromiso para continuar el yihad de género, es decir, recuperar el mensaje igualitario y la libertad de interpretación y de conciencia". Sin duda, hitos muy ambiciosos, al menos aún hoy en día.
"Lo importante no son las etiquetas. Da igual llamarlo feminismo o de otra manera, lo importante es que las mujeres sufren", ataja la directora del portal islámico Webislam y una de las encargadas de inaugurar el Congreso, Ndeye Andújar, quien también explica que el Corán es feminista o no en función de las interpretaciones que se hagan de él. De hecho, los musulmanes que creen en la igualdad de género repiten sin cesar que el islam no es machista, a pesar de que en la actualidad en la mayoría de países predomine una interpretación patriarcal de los textos sagrados. Esto se traduce en poligamia, menos derechos civiles para las mujeres y, en algunos países, crímenes de honor avalados por los jueces.
Visiones dispares
No obstante, hay quien pronostica el fracaso inevitable de estas posturas tan radicales. "Hay una situación de declive en el islam político, aquel que rechaza todo lo occidental. De hecho, ya hay sociólogos que hablan de post-islamismo", afirma Abdennur Prado, el presidente de Junta Islámica Catalana y uno de los organizadores del Congreso. Con declive o no, sin duda son los hombres quienes tienen la sartén por el mango, tanto en cuestiones legislativas como en dogmas espirituales. Y son muchos de ellos los que no creen necesaria una reivindicación del género en cuestiones religiosas.
"A mí que me perdonen, pero no veo qué sentido tiene el feminismo islámico. Es pedir algo que ya hace 1.400 años que existe", sostiene el secretario de las mezquitas del Arc del Teatre y Erasme de Gener, Mohamed Iqbal Chauhdry, quien tampoco cree que sea necesario que las mujeres ejerzan cargos religiosos. "Dios no ha sido injusto con nadie nunca y no pidió a las mujeres que fueran líderes espirituales porque predicar es muy duro", opina. Pero las voces van alzándose y cada vez son más los hombres y mujeres que, hartos de los regímenes autoritarios y las leyes aberrantes en nombre del islam, piden releer el Corán y adaptarlo a la realidad imperante del siglo XXI.
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