7 de abril de 2008

La Arrixaca levantará un hospital oncológico con 50 habitaciones individuales, salas para quimioterapia y consultas

El nuevo edificio, de cinco plantas, debe estar listo en tres años y reunirá todas las unidades relacionadas con el cáncer
J. P. PARRA/La Verddad/Foto: Google
La Arrixaca quiere ampliar sus instalaciones de aquí a tres años con un nuevo edificio de cinco plantas y 1.500 metros cuadrados que se destinará exclusivamente a la lucha contra el cáncer. Será un hospital oncohematológico que reunirá todas las unidades y servicios relacionadas con este campo, y que en estos momentos se encuentran desperdigados por todo el complejo de La Arrixaca. En las nuevas instalaciones, los pacientes contarán por fin con habitaciones individuales -habrá 50- y con boxes para recibir quimioterapia en los que, a diferencia de lo que ocurre ahora, podrán disfrutar de cierta intimidad gracias al uso de mamparas o cortinillas.
Son algunas de las mejoras que más notarán los enfermos. «Se ganará en calidad», explica el doctor Agustín Navarrete, jefe de Oncología de La Arrixaca. Él es el padre de este proyecto, que ya ha presentado al presidente Ramón Luis Valcárcel. Ahora, una empresa está ultimando el diseño de las instalaciones.
El lugar elegido es el actual centro de transformación, un edificio situado a escasos metros de las oficinas de dirección del hospital que proporciona energía a toda La Arrixaca. Estas instalaciones, que se han quedado viejas, van a ser derruidas y serán sustituidas por un nuevo centro transformador que se edificará en otro lugar.
Cuando Navarrete se enteró de que se iba a tirar este edificio, propuso usar el espacio que quedará libre para un hospital oncohematológico completo.
Aunque todavía está por decidir cuál será la distribución final, sí está ya claro que la planta baja se destinará a consultas y a los boxes para quimioterapia. Actualmente, los pacientes tienen que subir hasta la cuarta planta del hospital de día, situado en un extremo del complejo de La Arrixaca, para recibir la quimio en salas que comparten con entre cuatro y seis personas sin ninguna intimidad. «Cuando alguien vomita, los demás están delante», reconoce Navarrete.
Con todo, la situación actual «no es mala. Se ha mejorado mucho desde que tenemos el hospital de día». Pero se trata de un edificio antiguo, incómodo y que además se ha quedado pequeño.
La mayor aportación del nuevo hospital oncológico a la comodidad de los enfermos será sin duda la presencia de 50 habitaciones individuales con sistemas para la purificación del aire. Ahora, Oncología sólo dispone de la quinta planta del pabellón general de La Arrixaca para sus pacientes ingresados. El espacio es insuficiente. «En estos momentos tenemos a 45 enfermos encamados, 17 están en la quinta planta y el resto repartidos por todo el hospital». Además, sólo los pacientes en situación terminal pueden aspirar ahora -y no siempre- a una habitación individual. Con el proyecto impulsado por el doctor Navarrete, lo que hoy es una excepción pasaría a ser la norma general.

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