(OTR/PRESS) -
Astrónomos alemanes han descubierto pruebas concluyentes de que el centro de nuestra galaxia está ocupado por un agujero negro gigante, al que han denominado 'Sagittarius A'. Desde el Laboratorio Europeo del Sur, en Chile, los científicos pudieron constatar la existencia de este gran agujero negro a través del seguimiento del movimiento de 28 estrellas que giran alrededor del centro de la Vía Láctea. Según los estudios, el 'Sagittarius A' tiene un peso cuatro millones de veces superior al Sol y se encuentra a 27.000 años luz de nuestro planeta.
Los agujeros negros son objetos cuya gravedad es tan grande que nada, incluida la luz, puede escaparse de ellos. Según Robert Massey, miembro de la Royal Astronomial Society (RAS), los resultados de la investigación sugieren que las galaxias se forman alrededor de los agujeros negros gigantes de la misma forma en que una pellas se forma alrededor de la arenilla.
"Aunque pensamos en los agujeros negros como una amenaza, en el sentido en que acercarse demasiado a él puede traer problemas, también pueden haber tenido un papel muy importante en la formación de galaxias, no solo la nuestra sino todas las galaxias", explica Massey. "Los agujeros negros son importantes para conseguir que la materia se junte, y con una suficiente densidad de materia, se dan las condiciones que permiten la formación de las estrellas", explica el científico en el estudio publicado en 'Astrophysical Journal' y recogido por otr/press. Así es como podría haberse formado la primera generación de estrellas y galaxias.
Utilizando los datos recopilados a través de dos telescopios situados en Chile (el 3.5m New Technology y el 8.2m Very Large), los astrónomos pudieron calcular propiedades importantes sobre el agujero negro como el tamaño y la masa. Según los estudios, este agujero de negro tiene un peso cuatro millones de veces superior al Sol.
Asimismo los investigadores del Instituto Max Planckfor Extraterretrial Physics, en Alemania, también pudieron calcular la distancia de la Tierra al centro del agujero, situándola en 27.000 años luz (254.000 millones de millones de kilómetros) de la Tierra. El estudio también permitió aumentar seis veces la precisión en la medición de las posiciones de las estrellas.
"LA MEJOR EVIDENCIA EMPÍRICA"
"Sin lugar a dudas, el aspecto más espectacular de nuestros 16 años de estudio, es la mejor evidencia empírica de que este supermasivo agujero negro existe realmente", asegura el profesor Reinhard Genzel, jefe del equipo de investigación. Y es que las órbitas estelares en el centro galáctico demuestran que la concentración de masa central de cuatro millones de masas solares debe ser un agujero negro, más allá de toda duda razonable.
Genzel definió el centro de la galaxia como un "laboratorio único" para el estudio de la gravedad, la dinámica estelar y la formación de estrellas con un nivel de detalle que "no es posible más allá de nuestra galaxia".
Por su parte, Stefan Gillessen, principal autor del estudio asegura que el centro galáctico alberga el más cercano agujero negro supermasivo conocido. "Por lo tanto, es el mejor lugar para estudiar los agujeros negros en detalle", concluye Gillessen.
Astrónomos alemanes han descubierto pruebas concluyentes de que el centro de nuestra galaxia está ocupado por un agujero negro gigante, al que han denominado 'Sagittarius A'. Desde el Laboratorio Europeo del Sur, en Chile, los científicos pudieron constatar la existencia de este gran agujero negro a través del seguimiento del movimiento de 28 estrellas que giran alrededor del centro de la Vía Láctea. Según los estudios, el 'Sagittarius A' tiene un peso cuatro millones de veces superior al Sol y se encuentra a 27.000 años luz de nuestro planeta.
Los agujeros negros son objetos cuya gravedad es tan grande que nada, incluida la luz, puede escaparse de ellos. Según Robert Massey, miembro de la Royal Astronomial Society (RAS), los resultados de la investigación sugieren que las galaxias se forman alrededor de los agujeros negros gigantes de la misma forma en que una pellas se forma alrededor de la arenilla.
"Aunque pensamos en los agujeros negros como una amenaza, en el sentido en que acercarse demasiado a él puede traer problemas, también pueden haber tenido un papel muy importante en la formación de galaxias, no solo la nuestra sino todas las galaxias", explica Massey. "Los agujeros negros son importantes para conseguir que la materia se junte, y con una suficiente densidad de materia, se dan las condiciones que permiten la formación de las estrellas", explica el científico en el estudio publicado en 'Astrophysical Journal' y recogido por otr/press. Así es como podría haberse formado la primera generación de estrellas y galaxias.
Utilizando los datos recopilados a través de dos telescopios situados en Chile (el 3.5m New Technology y el 8.2m Very Large), los astrónomos pudieron calcular propiedades importantes sobre el agujero negro como el tamaño y la masa. Según los estudios, este agujero de negro tiene un peso cuatro millones de veces superior al Sol.
Asimismo los investigadores del Instituto Max Planckfor Extraterretrial Physics, en Alemania, también pudieron calcular la distancia de la Tierra al centro del agujero, situándola en 27.000 años luz (254.000 millones de millones de kilómetros) de la Tierra. El estudio también permitió aumentar seis veces la precisión en la medición de las posiciones de las estrellas.
"LA MEJOR EVIDENCIA EMPÍRICA"
"Sin lugar a dudas, el aspecto más espectacular de nuestros 16 años de estudio, es la mejor evidencia empírica de que este supermasivo agujero negro existe realmente", asegura el profesor Reinhard Genzel, jefe del equipo de investigación. Y es que las órbitas estelares en el centro galáctico demuestran que la concentración de masa central de cuatro millones de masas solares debe ser un agujero negro, más allá de toda duda razonable.
Genzel definió el centro de la galaxia como un "laboratorio único" para el estudio de la gravedad, la dinámica estelar y la formación de estrellas con un nivel de detalle que "no es posible más allá de nuestra galaxia".
Por su parte, Stefan Gillessen, principal autor del estudio asegura que el centro galáctico alberga el más cercano agujero negro supermasivo conocido. "Por lo tanto, es el mejor lugar para estudiar los agujeros negros en detalle", concluye Gillessen.
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