ROMA, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Papa Benedicto XVI consideró ayer que "las dificultades, la incertidumbre y la crisis económica que en estos meses viven tantas familias y que toca a la entera humanidad pueden servir de estímulo para redescubrir el calor de la sencillez, de la amistad y de la solidaridad, valores típicos de la Navidad".
"Desgraciadamente, bajo el empuje de un consumismo hedonista, la Navidad corre el peligro de perder su significado espiritual para convertirse en una mera ocasión comercial de compras e intercambio de regalos", lamentó.
En cambio, "despojada de la costra materialista y consumista, la Navidad puede convertirse en una ocasión para acoger, como regalo personal, el mensaje de esperanza que emana del misterio del nacimiento de Cristo", resaltó.
El Papa hizo estas declaraciones durante la audiencia general de ayer, que se celebró en el aula Pablo VI y fue la última del año 2008. El Pontífice aprovechó la ocasión para recordar cuál es el verdadero sentido de la Navidad cristiana resaltando que "también los no creyentes perciben en esta festividad algo extraordinario y trascendental, algo íntimo que toca el corazón".
De hecho, se trata de "la fiesta que canta el don de la vida" ya que la Navidad no es más que "el encuentro con un recién nacido que llora en una mísera gruta". "Contemplándolo en el Nacimiento, ¿cómo no pensar en tantos niños que todavía hoy, en muchas regiones del mundo nacen en medio de la pobreza? ¿Cómo no pensar en los recién nacidos rechazados, los que no consiguen sobrevivir por falta de cuidados? ¿Cómo no pensar también en las familias que querrían la alegría de un hijo y no ven colmada esta esperanza?", se preguntó el Pontífice.
El Papa Benedicto XVI consideró ayer que "las dificultades, la incertidumbre y la crisis económica que en estos meses viven tantas familias y que toca a la entera humanidad pueden servir de estímulo para redescubrir el calor de la sencillez, de la amistad y de la solidaridad, valores típicos de la Navidad".
"Desgraciadamente, bajo el empuje de un consumismo hedonista, la Navidad corre el peligro de perder su significado espiritual para convertirse en una mera ocasión comercial de compras e intercambio de regalos", lamentó.
En cambio, "despojada de la costra materialista y consumista, la Navidad puede convertirse en una ocasión para acoger, como regalo personal, el mensaje de esperanza que emana del misterio del nacimiento de Cristo", resaltó.
El Papa hizo estas declaraciones durante la audiencia general de ayer, que se celebró en el aula Pablo VI y fue la última del año 2008. El Pontífice aprovechó la ocasión para recordar cuál es el verdadero sentido de la Navidad cristiana resaltando que "también los no creyentes perciben en esta festividad algo extraordinario y trascendental, algo íntimo que toca el corazón".
De hecho, se trata de "la fiesta que canta el don de la vida" ya que la Navidad no es más que "el encuentro con un recién nacido que llora en una mísera gruta". "Contemplándolo en el Nacimiento, ¿cómo no pensar en tantos niños que todavía hoy, en muchas regiones del mundo nacen en medio de la pobreza? ¿Cómo no pensar en los recién nacidos rechazados, los que no consiguen sobrevivir por falta de cuidados? ¿Cómo no pensar también en las familias que querrían la alegría de un hijo y no ven colmada esta esperanza?", se preguntó el Pontífice.
Very good!
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