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Científicos de una universidad norteamericana han logrado perfeccionar una tecnología que, en un futuro, los móviles y otros aparatos eléctricos podrán recargarse gracias al movimiento o la vibración , informa BBC.com.
Este tipo de tecnología, denominado material piezoeléctrico, puede convertir la vibración en energía aumentada al 100% cuando se le fabrica a un pequeñísimo tamaño (5.000 veces más delgado que un cabello humano, o 21 nanómetros de espesor).
El efecto piezoeléctrico, que se basa en la nanotecnología, ocurre en ciertos materiales cristalinos y cerámicos. Los materiales piezoeléctricos datan del siglo XIX, y los primeros en experimentar con ellos fueron franceses, quienes lo usaron en aparatos sonares durante la primera guerra mundial.
Lo que el profesor Tahir Cagin y su equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Texas A&M han descubierto ahora es que a pequeñísima escala puede producirse un nuevo efecto no catalogado hasta ahora. El nuevo hallazgo mostraría que el efecto (vibración o movimiento) puede hasta triplicar la cantidad de energía disponible, gramo por gramo, de los materiales piezoeléctricos.
El impacto de estos materiales, afirman los expertos, podría ser enorme, principalmente porque cada vez hay una mayor demanda para fabricar aparatos portátiles, inalámbricos y cada vez más pequeños que sean capaces de tener energía de larga duración.
Todavía sin embargo los científicos tendrán que resolver varios aspectos complejos de los piezoeléctricos a nanoescala. Uno de ellos, es cómo convertir un material del tamaño y la forma de un poste de teléfono al tamaño de un cabello humano.
Científicos de una universidad norteamericana han logrado perfeccionar una tecnología que, en un futuro, los móviles y otros aparatos eléctricos podrán recargarse gracias al movimiento o la vibración , informa BBC.com.
Este tipo de tecnología, denominado material piezoeléctrico, puede convertir la vibración en energía aumentada al 100% cuando se le fabrica a un pequeñísimo tamaño (5.000 veces más delgado que un cabello humano, o 21 nanómetros de espesor).
El efecto piezoeléctrico, que se basa en la nanotecnología, ocurre en ciertos materiales cristalinos y cerámicos. Los materiales piezoeléctricos datan del siglo XIX, y los primeros en experimentar con ellos fueron franceses, quienes lo usaron en aparatos sonares durante la primera guerra mundial.
Lo que el profesor Tahir Cagin y su equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Texas A&M han descubierto ahora es que a pequeñísima escala puede producirse un nuevo efecto no catalogado hasta ahora. El nuevo hallazgo mostraría que el efecto (vibración o movimiento) puede hasta triplicar la cantidad de energía disponible, gramo por gramo, de los materiales piezoeléctricos.
El impacto de estos materiales, afirman los expertos, podría ser enorme, principalmente porque cada vez hay una mayor demanda para fabricar aparatos portátiles, inalámbricos y cada vez más pequeños que sean capaces de tener energía de larga duración.
Todavía sin embargo los científicos tendrán que resolver varios aspectos complejos de los piezoeléctricos a nanoescala. Uno de ellos, es cómo convertir un material del tamaño y la forma de un poste de teléfono al tamaño de un cabello humano.
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