5 de diciembre de 2008

«La Constitución fue, además de una ley, un enorme pacto político»

«No tengo una visión idílica de todo lo que ha ocurrido en estos 30 años. Hay elementos de preocupación»
05.12.08 -
SILVIA BAÑOS CARTAGENA/ La Verdad

Francisco Celdrán (La Unión, 1944) recuerda con cariño el nacimiento de la Constitución hace 30 años. Una época en la que el actual presidente de la Asamblea Regional comenzaba su andadura profesional y familiar. Expectante y atento a los cambios que se produjeron a finales de los años 70 en el país, no sería hasta 1983 cuando comenzara su actividad política como concejal del PP en Cartagena. Con más de 25 años de trayectoria y trece años ejerciendo su cargo al frente del parlamento murciano, Francisco Celdrán hace una retrospectiva histórica, social y política de la Transición y un repaso por los temas de actualidad a escala regional y nacional.
-¿Cómo hemos cambiado en estos 30 años?
-Ha habido un importante cambio en el país, en su conjunto, y en las personas individualmente. Creo que se puede afirmar con contundencia que nuestra formar de convivir ha cambiado, es evidente. Hemos interiorizado esto de las prácticas democráticas: el votar, el hablar, el decidir en mayoría. Sí, definitivamente, podemos decir que se ha producido un importante y beneficioso cambio en la sociedad española.
-¿Cómo recuerda la época en la que se gestó la Constitución?
-Los famosos años de la Transición los viví con plena conciencia de lo que estaba sucediendo. Por momentos, con preocupación, en otros, con incertidumbre, otro día cuando se daban pasos importantes, con alegría. Los recuerdo con una mezcla de todos estos sentimientos. No hay que olvidar el contexto: 40 años de un gobierno autoritario, de una dictadura, y lo que se anunciaba era una democracia. Uno conocía esa palabra por la prensa, por otros países que la tenían. Y claro, pasar de un lado a otro, en mi caso, generaba todos estos sentimientos. Hasta que, poco a poco, fue predominando el último de los sentimientos.
-¿Dónde se encontraba entonces?
-Yo estaba al margen de la actividad política. En los años 70 me encontraba acabando mis estudios e incorporándome en el ejercicio libre de mi profesión, ingeniero agrónomo. Además, por aquellos años me casé, así que también estaba iniciando mi vida familiar.
-¿Se parecen los políticos de entonces a los de ahora?
-Los políticos de entonces y los de ahora eran y son personas humanas. Por lo tanto, en lo principal, se parecen. En lo que difieren es en el contexto histórico y político ni, por lo tanto, en las actitudes, las declaraciones, los discursos. Algo que ha variado radicalmente. Entonces no se podía hablar como se hace ahora y la actitud de las fuerzas políticas era distinta. En aquel momento hicieron un alarde de responsabilidad política: aceptando la monarquía el partido comunista o renunciando al socialismo expropiatorio de todos los bienes del estado. También hubo un gran pacto por parte de todas las fuerzas de derechas con una gran capacidad de renuncia.
-¿Y son concientes los españoles de los avances que nos trajo este gran pacto en cuanto a la vida cotidiana?
-Este texto ha servido a la vida de cada uno de los ciudadanos y estos cambios jurídico-políticos han supuesto un enorme progreso económico. Y éste se puede medir, es indiscutible ya que sólo hay que mirar la renta per cápita. Aunque sin ser experto, basta con ver la cantidad de universidades u hospitales que había hace 30 años y las que hay ahora. El progreso económico se puede medir y, vuelvo a decir, es indiscutible.
-¿Tiene usted una visión idílica de lo que ha ocurrido?
-Ciertamente, no. También hay elementos de preocupación. Quiero declarar que en los últimos tiempos se está produciendo cierto desafecto a la Constitución y a los valores a los que nos estamos refiriendo.
-¿Se refiere usted a algunas actitudes políticas concretas?
-Me refiero a que desde el Gobierno central se esté renunciando a algunos principios constitucionales. Es patente que, por ejemplo, que algunos Estatutos de Autonomía son abiertamente anticonstitucionales y se plantean con naturalidad, al margen de las fuerzas políticas. Así, estatutos como el de Andalucía dice que el río Guadalquivir es andaluz y no español. Estatutos como éste o el de Cataluña o Baleares están recurridos.
-¿En qué situación se encuentra el estatuto murciano?
-En la legislatura anterior se creó una comisión que hizo un gran trabajo: celebró una treintena de reuniones, oímos opiniones de todo tipo de personas y se realizó un trabajo de campo. Ahora, la comisión ha vuelto a crearse pero hasta ahora no hemos reiniciado los trabajos aunque todos tenemos la voluntad de reformar el Estatuto en esta legislatura. Por ejemplo, hemos aprobado la ley por la que se crea el Defensor del Pueblo que es una figura que habrá que incluir en el Estatuto.
-¿Qué pronóstico nos da para dentro de 30 años?
-Es obligado, por vocación y por responsabilidad, ser optimista. Me manifiesto optimista a la vez que reconozco que tengo la obligación de serlo porque hay elementos que justifican ese optimismo y alguno que lo pone en duda. Pero me quedo con lo positivo. Yo creo que en los próximos 30 años seguiremos avanzando.
Artículo de opinión de Francisco Celdrán en página 32.

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