18 de septiembre de 2011

El Murcia ilusiona en Valladolid (1-3)

El equipo grana espanta los fantasmas y remonta el vuelo con una brillante primera parte . Supo sobreponerse a la merecida y tonta expulsión de Pedro
La Verdad

JOSÉ OTÓN.-
Había dicho Iñaki Alonso en la previa que en Pucela saldrían al campo once gladiadores para defender la camiseta del Real Murcia. Fueron once hasta el minuto 61, en el que Pedro dejó a su equipo con uno menos tras propinarle un codazo a un contrario. Después fueron diez, incluido Alberto, que se convirtió en el héroe de la tarde tras parar un penalti e infinidad de ocasiones vallisoletanas. Ayer el Real Murcia demostró que además de tener portero, tiene fe, amor propio y un plan para poder convertirse en uno de los equipos revelación de la temporada. Además ayer también demostró que sabe qué es esto de la Segunda, que tiene 'tablas' y que el vestuario está comprometido.

El Real Murcia ejecutó una primera parte brillante. Todo lo que no le había salido en los tres primeros partidos de liga, fluyó en unos primeros cuarenta y cinco minutos en Pucela, en los que el equipo de Iñaki Alonso supo salir a matar. Y una vez hecho el daño, supo recular y guardar la ventaja. Y sin renunciar a ampliarla. Y eso que el Valladolid salió con todo, con Bueno y Javi Guerra arriba. Pero el Real Murcia tenía cosas que demostrar. Tras la primera gran intervención de Alberto a disparo de Bueno, Borja demostró que tiene calidad pero que le falta precisión y engrase. En dos minutos dispuso de dos grandes ocasiones en las que le faltó convicción y mala leche. La segunda, tras un inteligente pase de Richi que lo había dejado solo ante Jaime.
Un minuto después, el equipo grana compensaba su valentía y su esfuerzo ejecutando con brillantez una jugada de estrategia que Baraja se metió en propia puerta antes de que Iván Amaya rematara a bocajarro. El último grana en tocarla fue Jorge, con un remate desde el segundo palo. El Real Murcia debía demostrar ahora su madurez para defender un resultado favorable primera vez en la temporada. Y el equipo de Iñaki Alonso supo esperar, se juntó y sello las grietas de otras semanas. El Valladolid no encontraba las bandas y solo ponía en apuros a Alberto cuando la defensa grana le había dejado tocar cerca de la frontal. Aún así Alberto tuvo tiempo de convertirse ya en el héroe de la primera mitad resolviendo cuatro ocasiones vallisoletanas.
Entonces apareció otra vez la clase de Richi para culminar una gran jugada de Pedro. 0-2. Iñaki moldeó su once. Jugó durante muchos minutos con un pivote por delante de los centrales y guarnecido por una línea de cuatro centrocampistas. Y esperando una nueva oportunidad para rematar la faena. Porque el Valladolid seguía estrellándose contra la muralla grana y el Real Murcia, sin embargo, creaba más ocasiones. Como la jugada al primer toque entre Richi, Aguilera, Isaac y Pedro, o el increíble mano a mano que se le fue a Isaac rozando el palo. El Real Murcia había brillado en la primera mitad y encima había sabido parar el partido cuando más le convino. El mejor Real Murcia se dejaba ver en Pucela.
En la segunda mitad el Real Murcia salió también dispuesto a morder. Tras la ocasión inicial de Pedro, el equipo de Alonso estuvo a punto de repetir la jugada del primer gol tras un remate de Jorge en el segundo palo. El equipo grana mandaba pero el Valladolid empezó a encontrar las bandas tras la entrada de Jofre. Javi Guerra despertaba pero Alberto seguía siendo el mejor del partido. La figura del Valladolid crecía mientras que el equipo grana notaba el cansancio en jugadores claves para contener como Iturra o Richi. Aún así el equipo grana estuvo cómodo hasta que llegó la merecida y tonta expulsión de Pedro, un jugador clave en la victoria parcial de su equipo pero que tiraba todo su trabajo por la borda con una acción impropia de un jugador que quiere llegar a Primera.
Pero lo peor aún estaba por llegar. Amoedo Chas señalaba un penalti en contra del Real Murcia por una inocente mano de Jorge que no pudo esconder el brazo una vez en el suelo. Demasiado riguroso. Pero Alberto estaba encorajinado por convertirse en el héroe del choque y le detuvo el penalti al 'killer' Javi Guerra. El mensaje de Iñaki en la previa afirmando que sus jugadores en Zorrilla tendrían que mostrarse como gladiadores adquiría más valor tras la expulsión y ante más de treinta minutos de asedio de un equipo que jugaba para colocarse líder tras cosechar siete puntos en tres partidos. El Real Murcia se defendía en la trinchera, en el cuerpo a cuerpo, con coraje y amor propio. Y tirando de astucia. El Real Murcia parecía el experto en la categoría y el Valladolid el novato.
Pero la parada de Alberto en el penalti, tirándose abajo, envalentonó a un equipo que con diez intentó blindar su portería. Y el equipo de Djukic fue poco a poco perdiendo la fe y cayendo en la red tejida por un Real Murcia que ganaba tiempo con Isaac Jové. El único borrón en la actuación del equipo de Iñaki Alonso llegó en el gol de Javi Guerra, que remató cómodamente en el segundo palo. El éxtasis total para los cien aficionados que se desplazaron desde Murcia llegó cuando dos minutos más tarde del 1-2, Isaac robaba un balón que permitía al chileno Iturra culminar una gran actuación con una carrera y con un golazo ante la salida de Jaime. El Real Murcia espantaba a todos los fantasmas de un plumazo y demostraba que tiene equipo para no ser uno de los cuatro de abajo.


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