Los aspirantes republicanos y demócratas a la presidencia de EEUU protagonizan este fin de semana el último esfuerzo electoral en Iowa, el estado en el que el próximo jueves arranca la larga marcha hacia la Casa Blanca. Con la excepción del republicano John McCain, que pasa el sábado en New Hampshire, los principales "presidenciables" exhiben sus mejores sonrisas y argumentos en Iowa, un estado agrícola situado en el centro del país.
Los "caucus" de Iowa, reuniones de las agrupaciones electorales locales que eligen al candidato, juegan, junto con las primarias de New Hampshire, que se celebran el 8 de enero, un importante papel, al marcar el tono para el resto de primarias en el país. Con la carrera muy reñida a sólo cinco días de los comicios, los candidatos hacen hincapié en los puntos fuertes de sus campañas. La demócrata Hillary Clinton promociona su experiencia como senadora y primera dama, factores que, en su opinión, la han dotado con las herramientas necesarias para los desafíos de la Presidencia.
Obama y Clinton, empate técnico
Su rival, Barack Obama, empatado con Hillary en las últimas encuestas de Iowa, se presenta, por el contrario, como el candidato del cambio, dispuesto a inyectar una bocanada de aire fresco en el enrarecido ambiente político de Washington. Su talón de Aquiles -la escasa experiencia política- sale, de todos modos, a relucir con frecuencia, como el pasado jueves, tras el asesinato de la líder opositora paquistaní Benazir Bhutto, cuando Hillary se refirió a su relación personal con la política y Obama no tuvo nada que decir al respecto.
El senador de Illinois trata de quitar hierro al asunto, al mencionar que, para experiencia, la que tienen muchos miembros del actual Gobierno estadounidense, quienes, dice, han conducido al país por el camino equivocado. John Edwards, el otro demócrata que aparece en los primeros puestos de las encuestas de intención de voto, se ha erigido en el defensor de la clase media. El ex senador de Carolina del Norte denunció esta semana un sistema político secuestrado por "una pequeña banda de especuladores que han vendido a Estados Unidos para satisfacer su ansias egoístas de avaricia y poder".
Ewards, la opción favorita entre la clase media
Su mensaje parece haber calado hondo entre los trabajadores de ingresos bajos y medios. Así, un sondeo conjunto del Los Angeles Times y Bloomberg publicado esta semana señala que Edwards es la opción favorita entre los potenciales participantes en los "caucus" de Iowa cuyos ingresos son inferiores a los 40.000 dólares.
En el bando republicano, el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, y el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, mantienen un duro pulso. Romney intenta convencer a los votantes de que es el republicano con más posibilidades de ganar la Presidencia, mientras que Huckabee, un pastor baptista reconvertido en político conservador, ha tratado de conectar con la derecha evangélica de Iowa.
El ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, concentró hasta ahora gran parte de sus esfuerzos en estados más poblados como Florida, donde ha hecho gala de su liderazgo durante los atentados del 2001 contra Washington y Nueva York. Ese fue el argumento que esgrimió en un acto electoral en Iowa, en el que alertó de que la principal amenaza para EEUU es el fundamentalismo islámico radical, de ahí, dijo, la necesidad de redoblar los sistemas de seguridad en el país.
Los "caucus" de Iowa, reuniones de las agrupaciones electorales locales que eligen al candidato, juegan, junto con las primarias de New Hampshire, que se celebran el 8 de enero, un importante papel, al marcar el tono para el resto de primarias en el país. Con la carrera muy reñida a sólo cinco días de los comicios, los candidatos hacen hincapié en los puntos fuertes de sus campañas. La demócrata Hillary Clinton promociona su experiencia como senadora y primera dama, factores que, en su opinión, la han dotado con las herramientas necesarias para los desafíos de la Presidencia.
Obama y Clinton, empate técnico
Su rival, Barack Obama, empatado con Hillary en las últimas encuestas de Iowa, se presenta, por el contrario, como el candidato del cambio, dispuesto a inyectar una bocanada de aire fresco en el enrarecido ambiente político de Washington. Su talón de Aquiles -la escasa experiencia política- sale, de todos modos, a relucir con frecuencia, como el pasado jueves, tras el asesinato de la líder opositora paquistaní Benazir Bhutto, cuando Hillary se refirió a su relación personal con la política y Obama no tuvo nada que decir al respecto.
El senador de Illinois trata de quitar hierro al asunto, al mencionar que, para experiencia, la que tienen muchos miembros del actual Gobierno estadounidense, quienes, dice, han conducido al país por el camino equivocado. John Edwards, el otro demócrata que aparece en los primeros puestos de las encuestas de intención de voto, se ha erigido en el defensor de la clase media. El ex senador de Carolina del Norte denunció esta semana un sistema político secuestrado por "una pequeña banda de especuladores que han vendido a Estados Unidos para satisfacer su ansias egoístas de avaricia y poder".
Ewards, la opción favorita entre la clase media
Su mensaje parece haber calado hondo entre los trabajadores de ingresos bajos y medios. Así, un sondeo conjunto del Los Angeles Times y Bloomberg publicado esta semana señala que Edwards es la opción favorita entre los potenciales participantes en los "caucus" de Iowa cuyos ingresos son inferiores a los 40.000 dólares.
En el bando republicano, el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, y el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, mantienen un duro pulso. Romney intenta convencer a los votantes de que es el republicano con más posibilidades de ganar la Presidencia, mientras que Huckabee, un pastor baptista reconvertido en político conservador, ha tratado de conectar con la derecha evangélica de Iowa.
El ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, concentró hasta ahora gran parte de sus esfuerzos en estados más poblados como Florida, donde ha hecho gala de su liderazgo durante los atentados del 2001 contra Washington y Nueva York. Ese fue el argumento que esgrimió en un acto electoral en Iowa, en el que alertó de que la principal amenaza para EEUU es el fundamentalismo islámico radical, de ahí, dijo, la necesidad de redoblar los sistemas de seguridad en el país.
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