20 de diciembre de 2007

DE MUDANZA: EL EX ALCALDE DE ULEA (PP) SE LLEVA LA PUERTA DEL AYUNTAMIENTO PARA SU CASA

Fuente: Vegamediapress

(La puerta, en el ayuntamiento antes de la remodelación)
(La misma puerta, ahora en casa del político del PP)Jesús Pons.
En la pequeña localidad de Ulea, en pleno corazón del Valle de Ricote, los políticos del Partido Popular, en el gobierno municipal, han amplificado la vieja frase de Manuel Fraga, "la calle es mía", por un "el pueblo es mío".
Así, al cúmulo de presuntas irregularidades urbanísticas y de favores a ciudadanos afines, han creado un pueblo en donde hay uleanos de primera y de segunda. Los de primera, aquellos que votaron en los comicios municipales al PP. Los de segunda, los que osaron votar a otros partidos.
Es un regreso al pasado, al caciquismo que imperaba en la dictadura franquista, donde los señoritos marginaban a los pobres, y la vuelta de los imitadores de los terratenientes, con un alcalde represor y un primer teniente de alcalde concejal de urbanismo que manda con una incultura propia de un dictador de república bananera.
El último ejemplo lo encontramos en el secretario local del Partido Popular y ex alcalde de Ulea, Antonio López Ayala. Quien confunde, con una miopía encomiable, lo público con lo privado.
Este político ha realizado una obra particular.
Se trata de una casa en la calle Cervantes que linda con un solar municipal, futuro jardín, y al que se la ha concedido sacar ventanas en la medianera de la pared, algo impensable para otros vecinos.
Pero lo más grave es que, tras la reforma del viejo ayuntamiento, en donde se cambió la estructura interior y se restauró la fachada, se ha colocado la vieja e histórica puerta del consistorio en su nueva casa. Porque él lo vale. Se trata de una puerta que llevaba décadas en el ayuntamiento, de gran valor por su antigüedad y fabricada con maderas del Canadá. Un patrimonio de todos los uleanos que el político se ha adjudicado porque sí, con el beneplácito del alcalde, José Bolarín, quien ahora tendrá que dar cuentas por este hecho ante la justicia.
Algunos vecinos se han sumado a un movimiento denominado "Yo también quiero la puerta", en protesta por esta presunta apropiación indebida.
Aunque hay más botones de muestra de la permisividad y via libre con la que actuan los caciques del pueblo. Antonio López Abenza, hermanísimo del primer teniente de alcalde y concejal de urbanismo, pidió una licencia para reparación interior de vivienda en la calle Ramón y Cajal. Aunque dicha reparación ha consistitido en la construcción de una nueva planta superior, con un volumen de obra que no se corresponde con la licencia otorgada de obra menor, solicitada y concedida por el ayuntamiento por tratarse de quien es. A ningún uleano se le hubiera permitido semejante ilegalidad.
López Abenza no tiene ni siquiera el proyecto del arquitecto, pero es el hermanísimo de Víctor López, edil de urbanismo, el mismo que no permite a ningún uleano eludir las ordenanzas municipales, llegando a paralizar viviendas a los llamados uleanos de segunda.
Sobre el exalcalde, parece que la nostalgia le invade y con la puerta consistorial en su casa recuerda sus tiempos de regidor municipal, 19 años atrás. Aunque serán ahora los juzgados los que tengan que decidir donde va la puerta. También van a pedir subasta pública. Todo esto es el resultado de una esperpéntica política de discriminación por parte del Partido Popular en Ulea. O votas PP, adquiriendo todos las ventajas y privilegios, o votas a otros partidos, cerrando entonces la puerta a cualquier tipo de ayuda, subvención, licencias de obras, además de la persecución política y la discriminación.
Algunos vecinos han tenido que vender presuntamente el voto por correo para una convivencia sin sobresaltos y no vivir la venganza del cacique.En Ulea, los caciques han vuelto.

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