23 de septiembre de 2010

El Murcia se pone el mono de trabajo (0-1)


Los cambios en el once titular le funcionaron a Alonso, sobre todo el de Isaac, que resultó decisivo Isaac marca en un partido espeso ante un combativo Alcalá y contra un árbitro casero
La Verdad

JOSÉ OTÓN.- /La Verdad

El Real Murcia va embalado hacia la primera posición del grupo IV. Y lo mejor es que ayer supo deshacerse de un rival rocoso, de un campo poco propicio para jugar al fútbol y ante un árbitro que se empeñó en ser el protagonista del partido. Contra todo se repuso la plantilla grana y ya sigue de cerca al Cádiz.

El equipo de Iñaki Alonso intentó dominar la situación desde el primer minuto. La victoria ante el Jaén y el emparejamiento de Copa contra el Real Madrid parecía haber enchufado a la plantilla que dirige el técnico vasco. El escudo en Segunda B vale para poco. Por eso el Alcalá, vicecolista del grupo, se desmelenó a los cinco minutos y con dos balones largos puso en aprietos al Real Murcia. Ése era el plan del vicecolista del grupo.

El primer aviso llegó en el minuto nueve con un remate de cabeza de Pulido que rozó el larguero. Las cartas ya estaban destapadas y el equipo grana necesitaba ponerse el mono de trabajo para ganar tres puntos en un partido en el que sólo parecía valer el pelotazo. De una forma u otra el Murcia estaba obligado a imponer su jerarquía.

Y eso es lo que necesita para ser primero. Un equipo con dos caras, que sepa jugar bonito en casa y luego se adapte a jugar en un campo no profesional como el de ayer. Pero mientras que el equipo grana cambiaba de piel, el Alcalá volvía a llegar con peligro con un centro peligroso de Mustafa. Pero el Murcia tenía hambre y dos minutos después, Amaya marcó un golazo de cabeza que anuló por supuesto fuera de juego el colegiado.

La primera parte dejó poco más. Un disparo de Cañadas que rozó el larguero, tres preocupantes tarjetas para el equipo grana y múltiples intentos de los de Alonso de jugar el balón sin éxito. El partido del pelotazo no le iba bien al Murcia y quizá debía proponer más fútbol para llevarse los tres puntos. Porque al pelotazo, el potencial de ambos equipos se igualaba y la salida para los murcianos se reducía a recuperar la pelota e intentar jugarla.

En la segunda mitad el Real Murcia volvió al plan inicial: intentar jugar la pelota. Pero le costaba horrores. Cuando lo hizo, llegó el peligro. La primera de la segunda parte fue para Chando en un remate de cabeza que se encontró Relaño. El Real Murcia quería más que su rival y la entrada de Pedro terminó de mejorar al Real Murcia.

Un cambio de orientación de Carles lo recogió Pedro, que tras driblar a dos defensas envió en profundidad a Chando que se la dejó a placer a Isaac. Después del gol las ocasiones fueron visitantes y sólo la ineptitud del colegiado privó al Murcia de marcar más goles y de poder mostrar su fútbol.

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