Tras un espectacular partido en el que el combinado nacional se ha dejado la piel y ha demostrado su poderío ante una impotente Rusia, los de Aragonés disputarán la gran final ante Alemania27.06.08 - 01:02 -
REDACCIÓN MADRID/La Verdad
La selección española ha hecho historia. Tras un espectacular partido en el que el combinado nacional se ha dejado la piel y ha demostrado su poderío ante una impotente Rusia, los de Aragonés están a un paso de conseguir su sueño y recuperar el prestigio perdido en el Viejo Continente. Un título, el de campeonés de Europa, que se nos ha resistido durante los últimos 24 años pero que hoy está más cerca que nunca.
Los goles de Xavi, Güiza y Silva lo han hecho posible y el domingo se verán las caras ante la selección alemana en un partido histórico. Eliminados los miedos ante Italia, España ha bordado la semifinal deshaciéndose de Rusia, la sensación del campeonato, con otra goleada.
A pesar de que el tiempo no acompañaba en Viena, el buen ambiente en las gradas ha contagiado a los de Aragonés que desde el primer minuto han salido dispuestos a darlo todo y que han jugado quizá el mejor partido de todo el campeonato.
Una primera parte muy igualada
Ya en el terreno de juego, la lucha estaba clara. Batalla por el balón. España, centrada en frenar la magia de Arshavin, ha juntado las líneas y ha defendido bien aunque se ha encontrado con una Rusia crecida desde el inicio. Aún así, el combinado nacional no se ha achantado y ha jugado directo.
Con Senna de dueño en la medular, Xavi no ha dormido la posesión y ha encontrado con rapidez los movimientos del 'tándem' Villa-Torres. Mención especial para Sergio Ramos, el lateral más incisivo en el remate y que ha chutado en dos ocasiones con la zurda a las manos de Akinfeyev.
La lucha del 'Niño' y la pegada del 'Guaje' se han repetido como el día del debut. Villa ha probado una y otra vez los reflejos del meta ruso, en un césped húmedo por el diluvio, que daba mayor velocidad al esférico, hasta que en el minuto 30, la lesión del asturiano tras un lanzamiento de falta, ponía en lo peor a los más escépticos. Pero, el pinchazo del artillero de la Eurocopa, que no podrá jugar el domingo, lejos de aplacar los ánimos de sus compañeros les ha servido de reconstituyente.
Luis Aragonés templó sus nervios y sacó a Cesc, aguantando los instantes finales con el resto de su once incial, confiado en que harían un gran partido a pesar de que los rusos no paraban de acechar a Casillas en su portería. Una falta peligrosa en los instantes finales, ha hecho que la afición se encomendase a 'San Iker' con buen resultado. El balón no tocó la red.
Rusia, tocada y hundida
Con la balanza equilibrada al descanso, España ha salido a vencer. Tras unos primeros minutos en los que Rusia ha demostrado por qué ha llegado a semifinales, la pared entre Xavi e Iniesta, que daba como resultado el primer gol de la noche ha desatado la locura en el estadio de Viena.
España estaba más cerca de la final. Pero un único gol no era suficiente. Hiddink lo sabía y ha reforzado su equipo con sendos cambios: Bilyaletdinov y Sychev.
Las ocasiones de gol se sucedían para la 'roja' aunque no lograba cerrar el partido. Aragónes ha decidido entonces dar salida al campo a Güiza y Xabi Alonso. Mano de santo. El jerezano, tras un pase picado de Cesc, ha dejado a Rusia temblando.
La grada rugía y pedía a gritos un tercer gol. Dicho y hecho. Un nuevo pase de Cesc, esta vez a Silva que chutó con la izquierda a la red, sentenció el partido. Rusia estaba tocada y hundida y España en la gran final.
Los goles de Xavi, Güiza y Silva lo han hecho posible y el domingo se verán las caras ante la selección alemana en un partido histórico. Eliminados los miedos ante Italia, España ha bordado la semifinal deshaciéndose de Rusia, la sensación del campeonato, con otra goleada.
A pesar de que el tiempo no acompañaba en Viena, el buen ambiente en las gradas ha contagiado a los de Aragonés que desde el primer minuto han salido dispuestos a darlo todo y que han jugado quizá el mejor partido de todo el campeonato.
Una primera parte muy igualada
Ya en el terreno de juego, la lucha estaba clara. Batalla por el balón. España, centrada en frenar la magia de Arshavin, ha juntado las líneas y ha defendido bien aunque se ha encontrado con una Rusia crecida desde el inicio. Aún así, el combinado nacional no se ha achantado y ha jugado directo.
Con Senna de dueño en la medular, Xavi no ha dormido la posesión y ha encontrado con rapidez los movimientos del 'tándem' Villa-Torres. Mención especial para Sergio Ramos, el lateral más incisivo en el remate y que ha chutado en dos ocasiones con la zurda a las manos de Akinfeyev.
La lucha del 'Niño' y la pegada del 'Guaje' se han repetido como el día del debut. Villa ha probado una y otra vez los reflejos del meta ruso, en un césped húmedo por el diluvio, que daba mayor velocidad al esférico, hasta que en el minuto 30, la lesión del asturiano tras un lanzamiento de falta, ponía en lo peor a los más escépticos. Pero, el pinchazo del artillero de la Eurocopa, que no podrá jugar el domingo, lejos de aplacar los ánimos de sus compañeros les ha servido de reconstituyente.
Luis Aragonés templó sus nervios y sacó a Cesc, aguantando los instantes finales con el resto de su once incial, confiado en que harían un gran partido a pesar de que los rusos no paraban de acechar a Casillas en su portería. Una falta peligrosa en los instantes finales, ha hecho que la afición se encomendase a 'San Iker' con buen resultado. El balón no tocó la red.
Rusia, tocada y hundida
Con la balanza equilibrada al descanso, España ha salido a vencer. Tras unos primeros minutos en los que Rusia ha demostrado por qué ha llegado a semifinales, la pared entre Xavi e Iniesta, que daba como resultado el primer gol de la noche ha desatado la locura en el estadio de Viena.
España estaba más cerca de la final. Pero un único gol no era suficiente. Hiddink lo sabía y ha reforzado su equipo con sendos cambios: Bilyaletdinov y Sychev.
Las ocasiones de gol se sucedían para la 'roja' aunque no lograba cerrar el partido. Aragónes ha decidido entonces dar salida al campo a Güiza y Xabi Alonso. Mano de santo. El jerezano, tras un pase picado de Cesc, ha dejado a Rusia temblando.
La grada rugía y pedía a gritos un tercer gol. Dicho y hecho. Un nuevo pase de Cesc, esta vez a Silva que chutó con la izquierda a la red, sentenció el partido. Rusia estaba tocada y hundida y España en la gran final.
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