13 de enero de 2011

Los empleados públicos se crecen



Decenas de miles de funcionarios claman por el centro de Murcia contra los recortes de Valcárcel

13.01.11 - 01:35 - 
Cada vez son más y mejor equipados. Y más animosos, y más variados. Ya no se trata de una protesta sólo de delegados sindicales, ni siquiera de afiliados, sino de una contestación colectiva y popular liderada por los empleados públicos y sus familiares, a la que también se suman estudiantes, sobre todo de Magisterio, trabajadores y parados de otros sectores, algún político de la oposición, grupos antisistema y descontentos en general.
La manifestación de ayer en Murcia contra de la ley de medidas extraordinarias para la sostenibilidad de las finanzas públicas, alias el 'tijeretazo', volvió a ser la más multitudinaria de las celebradas hasta ahora. Decenas de miles personas (más de 40.000, según los sindicatos convocantes) inundaron la Gran Vía murciana de principio a fin y formaron tras una pancarta en la que se pedía 'Dignidad y resistencia frente a la agresión social de Valcárcel'.
Fue una manifestación de la fuerza de los empleados públicos y de los sindicatos que los representan, que con cada movilización se sienten más crecidos en el conflicto que mantienen con el Gobierno regional.
Los recortes del Ejecutivo autónomo han conseguido unir a todos los sindicatos del sector público, incluso aquellos minoritarios que ni siquiera están presentes en órganos legales de representación. En la marcha de anoche se vieron pancartas y banderas de CC OO, UGT, CSIF, ANPE, Sterm, Satse, Sidi y SAE. Sólo el Sindicato Médico se ha desmarcado de este movimiento.
Pero más que banderas, pegatinas y consignas sindicales, en la manifestación predominaron los empleados públicos no alineados con sigla alguna. Muchos, acompañados por sus parejas, portaban a hombros o llevaban de la mano a sus hijos. No eran los que más gritaban, pero sí los más numerosos.
El edificio donde reside el presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, situado aproximadamente en mitad del recorrido, volvió a ser parada obligatoria de los manifestantes. Al llegar a la altura del número 9 de la Gran Vía, los pitos y los gritos redoblaban y se repetía el lanzamiento de huevos.
65 minutos de riada humana
Si la pasada semana la manifestación, desde la cabeza a la cola, tardó 35 minutos en pasar por delante del portal que han convertido en blanco de sus iras, ayer fueron 65 minutos de riada humana insatisfecha.
Una veintena de agentes de la Policía Nacional, situados a uno y otro lado de la calle, protegían el inmueble. El único incidente se registró al final, cuando los policías arremetieron contra un joven que marchaba con un grupo de la CNT. Tras los gritos, forcejeos e insultos, todo quedó en nada.
Una de las novedades de ayer es que también se vieron pancartas y oyeron gritos contra Zapatero y sus recortes salariales y sociales.
El secretario regional de CC OO, Daniel Bueno, señaló que los sindicatos «no van a negociar en ningún caso» la aplicación de la ley, por lo que emplazó a Valcárcel a «rectificar y atender la reclamación mayoritaria de los empleados públicos».
El líder de UGT, Antonio Jiménez, añadió que el descontento de los empleados públicos «no es sólo por la imagen negativa que se ofrece de ellos habitualmente, sino para intentar modificar una ley inconstitucional, que perjudica al empleo y los servicios públicos».
El coordinador regional de CSIF, Ventura Martínez, destacó que la manifestación «tiene como matiz que el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha puesto en medio, felicitando las medidas», por lo que lo consideró «corresponsable».
Los sindicatos han convocado una concentración este viernes frente al Palacio de San Esteban y otra manifestación para el 25 de enero. El próximo martes empezarán los paros de 15 minutos en los centros de enseñanza y el día 20 en los centros sanitarios.

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