El actual jefe de Estado proclama su triunfo como una "derrota de la calumnia", tras criticar las acusaciones "impropias" de la democracia que le lanzaron en la campaña sus adversarios
La abstención alcanza el 53,3%, muy superior al 38,74% que registró en los comicios anteriores
En medio de la peor crisis económica que recuerda Portugal, el conservador Aníbal Cavaco Silva ha sido reelegido presidente del país y ha anunciado que luchará contra sus graves problemas sociales y su endeudamiento externo.
Cavaco, de 71 años, ha proclamado su victoria en las elecciones presidenciales como una "derrota de la calumnia", tras criticar las acusaciones "impropias" de la democracia que le lanzaron en la campaña sus cinco rivales, de diversas tendencias de izquierda.
Con el escrutinio prácticamente finalizado, el actual jefe de Estado lograba el 52,9% de los sufragios, contra el 19,6% de su principal rival, Manuel Alegre, del gubernamental Partido Socialista (PS), que no ha logrado su objetivo de disputar una segunda ronda con Cavaco.
El presidente, cuyas principales atribuciones son sancionar las leyes y convocar elecciones, ha anunciado que "cooperará" con las demás instituciones, en alusión al Gobierno socialista del primer ministro José Sócrates, con el que cohabita desde 2006. Pero ha declarado también que sus "prioridades inmediatas" serán el desempleo, la "contención del endeudamiento externo" y el refuerzo de la competitividad de la economía lusa y que en su "magistratura de influencia" luchará también contra la pobreza y los problemas sociales del país.
Sócrates promete cooperar
Sócrates ha prometido a su vez una "leal cooperación" con el presidente y ha resaltado la importancia de que ambos poderes "se empeñen" en la solución de los problemas del país. El primer ministro, que ganó las elecciones de 2009 pero perdió la mayoría absoluta conquistada cuatro años antes, ha rechazado que se puedan comparar los resultados de estos comicios -y el fuerte descalabro del candidato socialista- con unas legislativas.
En la misma línea, el líder de los conservadores portugueses, Pedro Passos Coelho, ha negado que quiera derribar a los socialistas y ha recordado que su Partido Social Demócrata (PSD) ha tenido ya "muchas oportunidades" de abrir una crisis y no lo ha hecho. El presidente del PSD ha felicitado a Cavaco, líder histórico de su partido con el que fue primer ministro de 1985 a 1995, y ha indicado que, como oposición, los socialdemócratas permitieron la aprobación en el Parlamento de las medidas de ajuste adoptadas por Sócrates para reducir el déficit luso.
El candidato presidencial socialista, Manuel Alegre, habló antes que Cavaco para reconocer su derrota y expresar el deseo de que el presidente "contribuya a la estabilidad política y social del país". "Quien perdió este combate fui yo, no el partido", subrayó el histórico dirigente socialista, al que también apoyó el marxista Bloque de Izquierda, cuarta fuerza parlamentaria y férrea oposición al Gobierno de Sócrates.
Alegre ha logrado menos apoyo en esta elección que en las presidenciales de 2006, cuando, pese a presentarse como independiente, alcanzó el 20,7% de los votos, seis puntos más que el entonces candidato oficial socialista, Mario Soares.
El desafío de la crisis
En la proclamación de su victoria, Cavaco ha criticado con dureza a sus rivales, que hicieron críticas sobre su patrimonio financiero e inmobiliario. "Los portugueses supieron ver de que lado estaba la verdad", ha afirmado el jefe de Estado reelecto al considerar que su elección es un triunfo "sobre la calumnia" y que fueron derrotados democráticamente por el pueblo quienes optaron por "un camino de mentiras" y no por el debate de ideas. Cavaco, que seguirá en el palacio presidencial de Belem hasta 2016, ha subrayado también el "momento tan difícil" que atraviesa Portugal y su voluntad de contribuir a que "encuentre un rumbo" con futuro.
Los otros cuatro aspirantes a la presidencia, a los que los sondeos apenas otorgaban en total un 15% de apoyo, han acabado por dar la sorpresa y han superado juntos a Alegre, con casi un 28% de sufragios. El médico Fernando Nobre, que se hizo popular al frente de una organización de asistencia humanitaria, ha encabezado este grupo con un 14% de sufragios, seguido del candidato del Partido Comunista, Francisco Lopes, con un 7,1%. El diputado de la isla de Madeira José Coelho, del pequeño partido Nueva Democracia, ha logrado un 4,5% y el diputado socialista y ex alcalde de la ciudad septentrional de Viana do Castelo, Defensor Moura, que se presentaba como independiente y sin el apoyo de su partido, ha obtenido el 1,5%.
Las elecciones presidenciales lusas se celebraron en una jornada de frío poco habitual y con problemas del sistema informático y los nuevos carnés digitales de ciudadano adoptados en 2007, que dificultaron la votación, según las autoridades electorales. La abstención ha sido de un 53,3% muy superior al 38,74 que registró en los comicios anteriores, en 2006.
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