Se celebrará el 14 y 15 de julio en el Congreso, y el presidente quiere llegar con los deberes de las reformas estructurales hechos
02.06.10 - 01:23 -
RAMÓN GORRIARÁN MADRID./ La Verdad
El Gobierno espera que el Debate sobre el estado de la Nación sea el punto de inflexión de la legislatura para José Luis Rodríguez Zapatero. La cita parlamentaria más importante del año se celebrará el 14 y 15 de julio. Para entonces, el jefe del Ejecutivo confía en tener hechos los deberes de la reforma del mercado laboral, la del sistema financiero, y encarrilado el proceso de fusión de cajas de ahorro. Estas esperanzas, fundadas dicen en la Moncloa, no esconden que será el cara a cara con Mariano Rajoy más difícil para el presidente del Gobierno en sus seis años de mandato.
El Ejecutivo fía a ese debate muchas de sus expectativas para enderezar el rumbo político de la última mitad del mandato y ahuyentar los fantasmas de un adelanto electoral, que no está en los planes de Zapatero, pero está en boca de todos y no contribuye a la estabilidad política.
Queda la duda de si el debate será la antesala de una crisis de Gobierno. Tras este mismo cara a cara en 2007, el presidente del Gobierno acometió su última remodelación ministerial, con la entrada, entre otros, de Manuel Chaves y José Blanco en el Ejecutivo. Fuentes próximas a Zapatero ven improbable que ahora se repitan esos movimientos, pero muchos socialistas no lo descartan.
El Gobierno podrá comprobar sólo una semana después si el duelo dialéctico con los portavoces de la oposición ha servido para relanzar al presidente. El 20 y 21 de de julio, el Congreso votará las propuestas de resolución de los grupos parlamentarios y será un buen termómetro para comprobar si ha recuperado aliados tras la evidente orfandad con la que el PSOE sacó adelante el plan de ajuste el 27 de mayo. Será un primer test sobre las perspectivas para aprobar los Presupuestos de 2011, que comenzarán su andadura parlamentaria a la vuelta del verano. Pero eso es harina de otro costal.
Zapatero quiere tener cerrado antes del debate las reformas que acucian al Gobierno, la del mercado de trabajo, pactada entre empresarios y sindicatos o impuesta mediante un decreto-ley si no hay acuerdo, y la del sistema financiero. Ambas deben estar finiquitadas al precio que sea en junio, recuerdan desde la Moncloa y acotan que así va a ser.
Lo que sí está claro es que Zapatero está decidido a resistir en lo que resta de legislatura y aprovechó un acto que poco tenía que ver con la política, la entrega de la medalla de oro al Mérito Deportivo a la alpinista Edurne Pasabán, para hacer una exposición de sus intenciones. «Cuanto más duras parecen las cosas, más fortaleza parece nacer entre nosotros, sólo hay que luchar, luchar al máximo y tener confianza en nosotros mismos», dijo en el homenaje tributado ayer en el palacio de la Moncloa. No se quedó ahí el jefe del Ejecutivo y agregó: «Que cada paso sea un paso estratégico, máximo, que no traicione nuestros valores, los que nos hacen ser quienes somos, los que hacen que confíen en nuestros actos».
Ante la extrañeza de los presentes, que entendían las palabras como una glosa a la hazaña de la alpinista vasca de hacer cima en los 14 'ochomiles' que hay en el mundo, pero que también veían que Zapatero hacía una confesión sobre su estado de ánimo en estos complicados días de su gestión. En esa misma longitud de onda, el presidente del Gobierno recordó que «en los momentos difíciles» es cuando se aquilata la estatura de las personas.
El pájaro se escapa
La convocatoria del Debate sobre el estado de la Nación motivó las inevitables críticas del PP. Su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, tachó de «tacticista» la fecha elegida, con una parte de los ciudadanos de vacaciones veraniegas y encajando la cita en un calendario «estratosférico», plagado de plenos en el Congreso, para «diluir» sus consecuencias. El presidente del Gobierno ha optado por esos días, a juicio de la portavoz popular, porque «se sabe perdedor» en el cara a cara con Rajoy y pretende que pasen «desapercibidas» su «soledad y debilidad» parlamentarias.
Sáenz de Santamaría olvidó que durante la Presidencia española de la Unión Europea de 2002, cuando gobernaba su partido, José María Aznar convocó este debate en fechas similares a las de ahora.
El portavoz socialista, José Antonio Alonso, replicó que lo que ocurre es que el PP teme que dentro de mes y medio la situación política y económica mejore y «el pájaro se les escape de las manos». Los socialistas están convencidos de que el partido opositor ha redoblado su presión en pos de un adelanto electoral porque cree que en estos momentos de crisis aguda y de medidas de ajuste social tiene asegurada la victoria en las urnas; un triunfo que, según el análisis de los socialistas, será más problemático a medida que pase el tiempo. Por esa razón, agregó Alonso, «el PP tiene urgencia en desalojar a Zapatero».
02.06.10 - 01:23 -
RAMÓN GORRIARÁN MADRID./ La Verdad
El Gobierno espera que el Debate sobre el estado de la Nación sea el punto de inflexión de la legislatura para José Luis Rodríguez Zapatero. La cita parlamentaria más importante del año se celebrará el 14 y 15 de julio. Para entonces, el jefe del Ejecutivo confía en tener hechos los deberes de la reforma del mercado laboral, la del sistema financiero, y encarrilado el proceso de fusión de cajas de ahorro. Estas esperanzas, fundadas dicen en la Moncloa, no esconden que será el cara a cara con Mariano Rajoy más difícil para el presidente del Gobierno en sus seis años de mandato.
El Ejecutivo fía a ese debate muchas de sus expectativas para enderezar el rumbo político de la última mitad del mandato y ahuyentar los fantasmas de un adelanto electoral, que no está en los planes de Zapatero, pero está en boca de todos y no contribuye a la estabilidad política.
Queda la duda de si el debate será la antesala de una crisis de Gobierno. Tras este mismo cara a cara en 2007, el presidente del Gobierno acometió su última remodelación ministerial, con la entrada, entre otros, de Manuel Chaves y José Blanco en el Ejecutivo. Fuentes próximas a Zapatero ven improbable que ahora se repitan esos movimientos, pero muchos socialistas no lo descartan.
El Gobierno podrá comprobar sólo una semana después si el duelo dialéctico con los portavoces de la oposición ha servido para relanzar al presidente. El 20 y 21 de de julio, el Congreso votará las propuestas de resolución de los grupos parlamentarios y será un buen termómetro para comprobar si ha recuperado aliados tras la evidente orfandad con la que el PSOE sacó adelante el plan de ajuste el 27 de mayo. Será un primer test sobre las perspectivas para aprobar los Presupuestos de 2011, que comenzarán su andadura parlamentaria a la vuelta del verano. Pero eso es harina de otro costal.
Zapatero quiere tener cerrado antes del debate las reformas que acucian al Gobierno, la del mercado de trabajo, pactada entre empresarios y sindicatos o impuesta mediante un decreto-ley si no hay acuerdo, y la del sistema financiero. Ambas deben estar finiquitadas al precio que sea en junio, recuerdan desde la Moncloa y acotan que así va a ser.
Lo que sí está claro es que Zapatero está decidido a resistir en lo que resta de legislatura y aprovechó un acto que poco tenía que ver con la política, la entrega de la medalla de oro al Mérito Deportivo a la alpinista Edurne Pasabán, para hacer una exposición de sus intenciones. «Cuanto más duras parecen las cosas, más fortaleza parece nacer entre nosotros, sólo hay que luchar, luchar al máximo y tener confianza en nosotros mismos», dijo en el homenaje tributado ayer en el palacio de la Moncloa. No se quedó ahí el jefe del Ejecutivo y agregó: «Que cada paso sea un paso estratégico, máximo, que no traicione nuestros valores, los que nos hacen ser quienes somos, los que hacen que confíen en nuestros actos».
Ante la extrañeza de los presentes, que entendían las palabras como una glosa a la hazaña de la alpinista vasca de hacer cima en los 14 'ochomiles' que hay en el mundo, pero que también veían que Zapatero hacía una confesión sobre su estado de ánimo en estos complicados días de su gestión. En esa misma longitud de onda, el presidente del Gobierno recordó que «en los momentos difíciles» es cuando se aquilata la estatura de las personas.
El pájaro se escapa
La convocatoria del Debate sobre el estado de la Nación motivó las inevitables críticas del PP. Su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, tachó de «tacticista» la fecha elegida, con una parte de los ciudadanos de vacaciones veraniegas y encajando la cita en un calendario «estratosférico», plagado de plenos en el Congreso, para «diluir» sus consecuencias. El presidente del Gobierno ha optado por esos días, a juicio de la portavoz popular, porque «se sabe perdedor» en el cara a cara con Rajoy y pretende que pasen «desapercibidas» su «soledad y debilidad» parlamentarias.
Sáenz de Santamaría olvidó que durante la Presidencia española de la Unión Europea de 2002, cuando gobernaba su partido, José María Aznar convocó este debate en fechas similares a las de ahora.
El portavoz socialista, José Antonio Alonso, replicó que lo que ocurre es que el PP teme que dentro de mes y medio la situación política y económica mejore y «el pájaro se les escape de las manos». Los socialistas están convencidos de que el partido opositor ha redoblado su presión en pos de un adelanto electoral porque cree que en estos momentos de crisis aguda y de medidas de ajuste social tiene asegurada la victoria en las urnas; un triunfo que, según el análisis de los socialistas, será más problemático a medida que pase el tiempo. Por esa razón, agregó Alonso, «el PP tiene urgencia en desalojar a Zapatero».
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