27 de septiembre de 2009

El Gobierno sube dos puntos el IVA y castiga las rentas de capital más altas

El grueso de los 11.000 millones adicionales saldrá de penalizar el consumo y privar a las clases medias de la deducción de 400 euros
27.09.09 -
CÉSAR CALVAR COLPISA. MADRID

Suben los impuestos, y no sólo para los ricos, aunque ellos sufrirán el mayor castigo en sus ganancias no provenientes del trabajo. El Gobierno desveló ayer el contenido de la subida fiscal que proyecta para 2010, con la que espera incrementar la recaudación en 11.000 millones de euros -de los que sólo 6.500 ingresarán en caja ese año-, cifra equivalente a un 1% del PIB. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, afirmó que ese aumento es justo y solidario y requerirá un «mayor esfuerzo» de quienes «tienen más». Sin embargo, el grueso de los ingresos adicionales saldrá de la subida del IVA, que afectará desde el 1 de julio a todos los contribuyentes, y de la eliminación de la deducción de 400 euros, que repercutirá sobre todo en las clases medias.
Los cambios introducidos en el IVA, el principal impuesto que penaliza el consumo y que pagan todas las personas cada vez que compran un bien o servicio, consisten en un incremento de los gravámenes aplicados a sus tipos general y reducido. El general, al que los contribuyentes tributan por la adquisición de la mayoría de productos, aumentará el 1 de julio del 16% al 18%, y el reducido pasará del 7% al 8%. En esta segunda categoría están gafas y lentillas, hostelería, turismo, espectáculos culturales, peluquerías, servicios funerarios y determinado material sanitario y agrícola. El Gobierno ha renunciado a subir el tipo súper reducido del 4%, aplicable a productos considerados de primera necesidad como pan, leche, huevos, frutas y hortalizas, quesos, medicamentos, libros y periódicos y vivienda protegida.
La recaudación adicional que Hacienda espera obtener con esta subida es de 5.150 millones. Salgado explicó que la decisión de retrasar al 1 de julio su entrada en vigor obedece a la convicción del Ejecutivo de que para entonces «la recuperación económica ya habrá comenzado» y su efecto negativo sobre el consumo será limitado. «Lo que más influye en el consumo es la confianza», recalcó. Pese a los aumentos, los tipos de gravamen serán aún inferiores a los de otros países como Alemania, Francia y Portugal.
La otra gran novedad de la reforma fiscal consistirá en la introducción de una tributación progresiva de las ganancias del capital, es decir, de los réditos que genera la inversión, hasta ahora gravados al 18% vía IRPF. A partir del 1 de enero, los primeros 6.000 euros de rentas tributarán al 19%. Salgado detalló que hay en España 11,5 millones de ahorradores que por esta vía obtienen menos de 6.000 euros anuales, y que verán incrementados sus tributos una media de seis euros.
Mayores subidas
El golpe será mucho mayor para quienes superen ese umbral de ganancias de 6.000 euros, pues verán aumentado el gravamen del 18 al 21%. La vicepresidenta explicó que hay unos 100.000 beneficiarios de rentas de capital superiores a 60.000 euros anuales, a quienes la reforma les acarreará un aumento medio de 5.000 euros. Y los que perciben por esta vía un millón de euros o más -no dijo cuántos son- verán incrementada en unos 30.000 euros su factura fiscal.
Las clases medias también notarán en el IRPF la subida fiscal, pues el Gobierno eliminará el año próximo la deducción de 400 euros, lo que tendrá un efecto anual adicional de 5.700 millones. Ese pago fue impulsado antes de las elecciones de 2008 por José Luis Rodríguez Zapatero con el pretexto de fomentar el consumo y ayudar a las familias perjudicadas por la subida de los precios y de las hipotecas. Para justificar su supresión, el Ejecutivo señala que esa situación «ha cambiado». La liquidación de esa figura choca con la tesis gubernamental de que ningún asalariado pagará más el año próximo por el fruto de su trabajo, toda vez que los hasta ahora beneficiarios verán aumentadas sus retenciones y el desembolso final.
También habrá cambios en el impuesto de Sociedades, que bajará del 25% al 20% para pymes con menos de 25 trabajadores e ingresos inferiores a 5 millones que mantengan el empleo. Habrá una medida similar para autónomos en el IRPF. Este ajuste reducirá la recaudación en 700 millones.

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