25 de abril de 2009

Listas de espera sanitarias

La UMU estudia cambiar el tiempo de llegada por otros criterios para ordenar las listas de espera sanitarias
MURCIA, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del grupo de Trabajo de Economía de la Salud de la Universidad de Murcia (UMU) estudian diseñar un modelo para ordenar las listas de espera sanitarias en función de criterios relacionados con el estado de salud del paciente, y factores de carácter social, frente al parámetro habitual que modula las listas por tiempo de llegada, de forma que, quien lleva más tiempo esperando, tiene prioridad sobre los que llegan más tarde.
Este modelo valorará aspectos como la dependencia del paciente, la influencia de la patología en su trabajo y en su vida cotidiana, así como la gravedad de su estado de salud, entre otras cosas, con el objetivo de "ordenar las colas de forma más eficiente, optimizando todo lo posible el bienestar de quien está esperando y que reciba la atención en primer lugar quien más lo necesite", según informó a Europa Press el investigador principal, Fernando Ignacio Sánchez.
Se trata de un modelo que este grupo de investigación, perteneciente al departamento de Economía Aplicada de la UMU tiene previsto diseñar, de momento, sólo metodológicamente, aunque mantendrá próximamente una reunión con la Consejería de Sanidad y Consumo, en la que se barajará la posibilidad de llevar a cabo una experiencia piloto concreta en el Servicio Murciano de Salud (SMS).
De llevarse a efecto, Sánchez indicó que este modelo se aplicaría a operaciones de cirugía selectiva, programada y no urgente, en las que el coste de esperar más o menos tiempo es asumible por el paciente, como las operaciones de cataratas, prótesis de cadera y rodilla, juanetes y varices, entre otras, aunque insistió en que "todavía no es más que una idea y no hemos hecho, siquiera, ninguna propuesta a la Consejería".
Sánchez insistió en que "no hay una propuesta para implantar este tipo de sistemas en el SMS, sino que estamos considerando la posibilidad para el diseño de este modelo y de trabajar con profesionales sanitarios y con los clínicos de centros de la Región, para comprobar si existe una receptividad a la hora de modular la ordenación de los pacientes en las listas de espera en función de criterios distintos del tiempo de espera".
La UMU y la Dirección General de Planificación, Ordenación Sanitaria y Farmacéutica e Investigación firmaron un convenio el año pasado en el que aparecía reflejada la posibilidad de diseñar este sistema de puntuación para ordenar pacientes en listas de espera quirúrgicas, en aquellos casos en que hay esperas más amplias, con patologías que no son urgentes y son cirugías programadas.
El criterio habitual de las listas de espera ordena los pacientes en función del tiempo, de forma que el primero que llega a la lista es el primero en ser atendido, y el que lleva más tiempo tiene prioridad, pero hay otros estudios "que han propuesto la conveniencia de introducir otro tipo de criterios a la hora de establecer qué pacientes son más urgentes", señaló Sánchez.
Hay países como Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos "que tienen una larga tradición en este tipo de modelos, como a la hora de organizar los transplantes", y en España se dan experiencias piloto de este tipo de modelos en Cataluña que tiene previsto extenderse también a Galicia y cuya responsable, la investigadora de la Universidad de Vigo, Eva Rodríguez, presentará el próximo martes, 5 de mayo, en la II Jornada Regional de Economía de la Salud en Murcia.
Sánchez recordó que "lo máximo que se ha llegado a hacer es esta experiencia piloto en Cataluña, donde se aplicó en cirugía ortopédica y de catarata, que son procesos que no son urgentes, y tienen listas más o menos extensas en todos los servicios de salud, y donde se pueden introducir otros parámetros además del tiempo de espera sin provocar molestias".
El proceso pretende "sacar este tema a debate para comprobar la idoneidad de su implantación, así como obtener, qué criterios consideran más relevantes tanto de los profesionales sanitarios, de los pacientes y de la población usuaria a la hora de establecer las listas de espera". Así, para determinar los criterios finales, Sánchez dijo que "se hacen confluir las perspectivas de los tres grupos, que normalmente, nunca coinciden".
A partir de técnicas de estimación matemática "se obtienen indicadores que marcan los puntos que tiene cada paciente en una lista y, en la medida que estos criterios estén bien identificados, se supone que irían destinados a optimizar lo máximo posible el bienestar de quien está esperando, de forma que quien recibe la atención primero sea quien más lo necesite".
En caso de desarrollar finalmente una experiencia piloto concreta en la Región de Murcia, Sánchez precisó que "habría que identificar la patología concreta que se va a tratar, y a partir de ahí identificar los criterios que se deberían tener en cuenta".
"Lógicamente, estos variarán en función de la patología, y no van a ser los mismos para una cirugía de ortopedia, en los que pesará mucho la movilidad del paciente, que en el caso de una cirugía de cataratas, para la que se tendrá más en cuenta la agudeza visual y el efecto que tiene en la vida laboral del sujeto", apuntó.
El diseño metodológico, "exige la identificación de los pacientes, la organización de sesiones informativas, de grupos focales, toda la parte que implica la recogida de la información, y luego hay un trabajo técnico, de elaborar el algoritmo que nos da la fórmula para establecer los baremos con la prioridad con la que hay que atender a cada paciente".
No obstante, el científico volvió a repetir que "no se trata más que un proyecto, y depende de las conversaciones con el SMS y la Consejería que, de ser fructíferas, habría que seleccionar el centro hospitalario para el proceso concreto de cirugía en la lista de espera y de hacer el diseño de la ordenación.
Los resultados de la experiencia piloto "debería ser contrastada por los propios responsables del servicio para ver si la ordenación que resulta de la ordenación es congruente o no con los criterios clínicos, y sólo en una última fase, vendría aplicar cualquier tipo de experiencia".

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