Texto gentileza de Pachi Amorós, Archivera del Ayuntamiento de Archena.
Ahora que el Ayuntamiento de Archena acaba de encomendar la realización de un busto en memoria de don Mario Spreáfico, ese magnífico médico y excepcional persona que permanece en el recuerdo de todos los archeneros, al menos los de cierta edad, puede ser un buen momento para acercarnos a un edificio singular: el sanatorio que llevaba su apellido y que continúa dando nombre a un popular barrio.La creación de ese sanatorio. que venía a prestar atención gratuita a los pobres, y ponía especial énfasis en la medicina preventiva, obedeció a una iniciativa de un grupo de personas particulares que contaban también con ciertas aportaciones institucionales. En el Ayuntamiento Pleno del Ayuntamiento correspondiente al 22 de junio de 1926 se alude a la colaboración del mismo con la suscripción popular para exteriorizar el agradecimiento del vecindario al médico Don Mario Spreáfico por prestar los servicios de su profesión de un modo gratuito a todos los enfermos pobres de esta villa.
Ahora que el Ayuntamiento de Archena acaba de encomendar la realización de un busto en memoria de don Mario Spreáfico, ese magnífico médico y excepcional persona que permanece en el recuerdo de todos los archeneros, al menos los de cierta edad, puede ser un buen momento para acercarnos a un edificio singular: el sanatorio que llevaba su apellido y que continúa dando nombre a un popular barrio.La creación de ese sanatorio. que venía a prestar atención gratuita a los pobres, y ponía especial énfasis en la medicina preventiva, obedeció a una iniciativa de un grupo de personas particulares que contaban también con ciertas aportaciones institucionales. En el Ayuntamiento Pleno del Ayuntamiento correspondiente al 22 de junio de 1926 se alude a la colaboración del mismo con la suscripción popular para exteriorizar el agradecimiento del vecindario al médico Don Mario Spreáfico por prestar los servicios de su profesión de un modo gratuito a todos los enfermos pobres de esta villa.
En el Pleno 12 de diciembre de 1930 se nombró a don Mario, por unanimidad, Hijo Adoptivo de la Villa de Archena y el Ayuntamiento dobló la aportación anual que venía realizando para el mantenimiento del Sanatorio, de 500 a 1.000 pesetas. En la misma sesión se decidió dar su nombre a la calle anteriormente llamada Del Esparto.
El periódico "Heraldo del Segura" recoge un plano del edificio, entonces en construcción y un artículo firmado por don Vicente García Alcolea (oficial de Telégrafos):"
...Un dispensario Policlínico donde los pobres puedan en su día encontrar médico y medicinas, y desde donde pueda hacerse una gran labor en contra de las enfermedades contagiosas y en favor de la humanidad doliente, es algo poco común en pueblos y aún en capitales y a pesar de ello, es algo urgentísimo e imprescindible en todos ellos para combatir lacras endémicas, verdaderas plagas de enfermedades perfectamente evitables...
Habrá de vivir con el producto que a su beneficio dejen los enfermos no pobres y con lo que su Patronato o Comisión recaude por medio de funciones de cine, teatro, veladas literarias, fiestas de flor, tómbolas, donativos de cuantos con el establecimiento simpaticen, rifas, etc. La rifa de los iguales ya establecida en esta y que solo se autoriza oficialmente para establecimientos benéficos produce actualmente unas veinte pesetas diarias y llegará seguramente a duplicar su producto...¿no pudiera ser uno de los medios de vida de nuestro Dispensario?..
[1].Durante los años de la guerra civil, de 1936 a 1939, el Sanatorio dejó de funcionar, como indican las Actas de los Plenos municipales correspondientes a marzo 1951, cuando se acuerda solicitar de las autoridades superiores la constricción de un Centro Sanitario, ofreciendo para ello el edificio propiedad de la Entidad Urbanizadora Bancosa (antes Banco de Construcción) que estaba destinado a Sanatorio al iniciarse la guerra. Previamente se había pensado instalar en la villa un hogar de la maternidad en el lugar ocupado por la clínica del Sr. Spreáfico. Es decir, que la vida de este policlínico atípico, abierto gracias a la iniciativa privada y encomendado al buen hacer de Don Mario, un hombre de probadas cualidades profesionales y humanas, con financiación y objetivos un tanto utópicos, fue de escasamente un decenio.
[1] Objetivo fundamental de la rifa de "los iguales", que se celebró durante muchos años, era, en efecto, la atención sanitaria de enfermos pobres
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