30 de octubre de 2007

EL ALCALDE DE VILLANUEVA (PP) DESPIDE A UNA MUJER CON MINUSVALÍA Y SE MOFA DE ELLA

(Elena Ramos, esta mañana en Villanueva, desesperada)
Jesús Pons. Villanueva del Segura.
Vegamediapress
¿Es posible la más absoluta indiferencia a los derechos de las personas?, ¿Se pueden manipular los sentimientos? ¿Se puede utilizar una posición de poder para doblegar al más débil pisoteando sus ilusiones y sus sueños? ¿Existe un "representante municipal" que desde su sillón desprecie los principios de igualdad, justicia y libertad?. Pues parece que sí. Y sucede, una vez más, en Villanueva del Río Segura. En el corazón del Valle de Ricote. Una vecina de 47 años, Elena Ramos Ramos, con minusvalías, fue despedida la semana pasada por el alcalde sin un motivo aparente del trabajo que venía realizando como auxilliar de ayuda a domicilio, atendiendo diligentemente a los ancianos del pueblo. El jueves, al terminar su jornada, un concejal le explicó que estaba despedida "porque lo había dicho el alcalde", cuenta Elena entre lágrimas. A pesar de pedir explicaciones, no recibió respuesta y la invitaron a no volver por las dependencias municipales. La mujer, que vive en el umbral de la pobreza, al no recibir por escrito ningún documento de su despido, volvió a su trabajo el viernes, aunque le habían quitado la ficha de control horaria. El sábado recibió un burofax confirmándole el despido, y el alcalde la ha denunciado esta mañana en el cuartel de la Guardia Civil de Archena "por ir a trabajar".
Tal vez era lo mejor que le podía pasar, porque a pesar de todas las horas que ha dedicado a los ancianos de Villanueva, el alcalde, José Luis López Ayala, del Partido Popular, el mismo que cobra 3.000 euros mensuales de sueldo, que compatibiliza con su asesoría y otros negocios, además de los suculentos gastos de protocolo, ha abonado a Elena Ramos en los dos meses que ha estado trabajando las cantidades de 40, 52 y 183 euros a cuenta. Lo necesario para vivir, parece.
Ataque de ansiedad
Elena, que tuvo que ser atendida el jueves en el Morales Meseguer por una crisis de ansiedad, resultado del despido, tal como figura en el parte médico al que ha tenido acceso VMPress, está desesperada. Asegura que ha estado cuatro años pidiendo trabajo, y ahora, cuando tenía una pequeña remuneración, "me despiden sin saber por qué. He atendido hasta nueve ancianos a la semana, haciendo lo que me pedían, limpiando, barriendo, conversando...y todos estaban muy contentos conmigo". Así lo corroboró esta redacción, cuando algunos de estos jubilados manifestaron que estaban muy consternados por que "no venga más Elena, pero no pongas mi nombre que en el pueblo no queremos meternos en política". Es la libertad que se respira en Villanueva del Segura. Ante la intención de Elena de seguir trabajando, el alcalde envió a un agente de la policía local a su domicilio para intimidar a la vecina, según manifiesta esta. "El policía vino muy educado, pero tenía que decirme lo que le había dicho el alcalde". A pesar de los reiterados intentos por ver al alcalde, muy ocupado en un pueblo de poco más de 1.300 habitantes, tan solo recibió una llamada teléfonica del munícipe diciéndole "Señora Elena, ¿no sabe usted que a partir de hoy está despedida del ayuntamiento". Ella pidió explicaciones y recibió un rotundo "porque está despedida".
Un jamón a cambio de un voto
El burofax, al que también ha tenido acceso este diario, le recuerda a Elena Ramos que puede pasar a recoger el finiquito de...90 euros. Llama la atención que el mismo día que la despidieron, ya habían contratado a otra mujer. Elena recuerda cuando en mayo "vinieron a mi casa y me regalaron un jamón, judías secas y garbanzos secos y cuatro bolsas de azúcar, para que les votara". (Este es el estado de la cocina de la casa de Elena)



Elena mira las facturas de agua y luz y vuelve a llorar. No sabe como va a hacer frente a los gastos. Tiene un móvil de prepago, para una emergencia, como cuando tuvo el ataque de ansiedad, y fue trasladada urgentemente al hospital murciano. Una pequeña y vieja televisión de 14 pulgadas, un video en formato vhs de la década de los ochenta, y un periódico cualquiera sobre la mesa camilla, que son las únicas opciones de ocio para su vi9eja casa, que, por otra parte, corre peligro de hundimiento. Grandes grietas, humedad, y ninguna ayuda para reparar las necesidades mínimas de esta vivienda. En Villanueva, como hemos visto, se construyen grandes resorts mientras a otros vecinos se les abandona a su suerte para que vivan en la más absoluta miseria. Solo son importantes cuando llegan las elecciones, porque un voto es un voto, y en esta casa, el de Elena y su hija, eran dos.

Y encima, el alcalde de cachondeo

No contento con dejar en la calle a una mujer necesitada, sin el mínimo reparo, el alcalde de Villanueva se ríe de ella. Elena recuerda que el pasado viernes, angustiada por su situación, acudió desesperada a pedir orientación a la concejala socialista, otra mujer que sufrió amenazas del alcalde y que va a presentar denuncia al primer edil. "Al salir de la casa de la concejala, el alcalde salía de una bocacalle. Yo estaba con otras tres personas. Paró el coche y me estuvo un rato mirándome y riéndose".

Justicia

Elena cree que "si las personas de este pueblo fuesen justas hablarían, y hablarían de tanta injusticia que hay. Todos critican pero a la espalda, La gente tiene miedo. Pero yo ya no tengo miedo. Que sea lo que Dios quiera, que no me deje levantarme. Yo para decir mentiras no hablo".

Ahora seguirá acudiendo a los servicios sociales, "para que me den comida cuando quieran, a veces pueden pasar dos semanas.

Me han hundido.

Estaba mal, pero ahora estoy con una mano delante y otra detrás, y con la nevera vacía, con algo que me dan los vecinos. No tengo explicaciones, no entiendo nada", se lamenta. También ha puesto el caso en manos de abogados sindicalistas.

Denunciada

El alcalde de Villanueva del Río Segura, José Luis López Ayala, presentó en la mañana de hoy, lunes, una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Archena. Un agente de la Benemérita llamó por teléfono a la afectada para comunicarle la denuncia, y que pasase por el cuartel. A Elena le tiemblan las manos, le suda el cuerpo, está, lo parece, a punto de un ataque de pánico.


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