15 de enero de 2012

Victoria con suspense (2-1)

El Real Murcia jugó una gran primera parte y se hundió en la segunda
Real Murcia 2  Córdoba  1

EVA FRANCO.-/ La Verdad
El Real Murcia sigue imparable. No está dispuesto a perder tiempo para conseguir el objetivo de colarse entre los primeros de la clasificación. Ha dado un pequeño paso en la tabla, pero un gran salto en sus aspiraciones. Ganó otra vez en Nueva Condomina, sumó su tercera victoria consecutiva y amplió su peso específico en esta competición. Le recortó tres de los cuatro puntos que el Córdoba, sexto en la tabla antes de comenzar el encuentro, le llevaba de ventaja, pero lo hizo con suspense. Como siempre, con demasiado sufrimiento. De lo mejor a lo peor en noventa minutos. De una primera parte brillante, la más destacada del equipo en lo que va de temporada, al hundimiento en la segunda.

Por suerte, para cuando llegó ese momento, el equipo grana ya había conseguido dos goles. Una renta que defendió hasta la extenuación de principio a fin. Jugadas imposibles, intensidad hasta el final, despejes forzados e Iván Amaya sacando la pelota bajo los palos en el minuto 88 cuando el portero Alberto ya estaba vencido.
Así fue la victoria del Real Murcia, lo que deja muy a las claras lo que cuesta sumar en Segunda División. Si en el anterior partido en Nueva Condomina, contra el Alcoyano, el equipo había sufrido para remontar dos goles y marcar tres en la recta final, contra el Córdoba hizo el camino a la inversa. Aguantó una ventaja de dos tantos contra diez futbolistas, perdió a Emilio a falta de 25 minutos, y soportó los ataques de su rival hasta que el árbitro pitó.
Porque el Córdoba fue un gran equipo en juego, pero sobre todo en moral y convicción, lo que a veces suele ser más de medio resultado. Nunca se dio por vencido, siempre jugó la pelota y atacó hasta que el colegiado decidió que sus meritorios intentos habían llegado a su fin.
Desde el principio se le puso al Real Murcia el partido de cara. Imposible para su rival. Prieto fue expulsado en el minuto seis por un penalti sobre Cristian García. Mejor panorama imposible. Pero no. Ahí no se resolvió el choque. Tiró la pena máxima el delantero argentino y la pelota no quiso entrar. Un bonito lanzamiento, el balón fue al larguero y desde ahí se volatilizó el gol grana.
Pero contra diez el Real Murcia solo le tenía que ponerle ganas, actitud e intensidad. Emilio marcó el primero y Richi, el segundo. Los dos fueron los mejores de la primera parte, junto con un Isaac que revolucionó la banda derecha.
Pero como no hay victoria rápida, ni jornada tranquila, el drama comenzó a intuirse en la segunda parte. Al Córdoba parecía que ni el marcador en contra, ni la expulsión le afectaban. Las circunstancias no iban con él. Siguió a lo suyo: tocar, atacar y disparar. Pasados diez minutos de la reanudación Patiño marcó el primero y el Murcia se puso a temblar. Aumentó la incertidumbre cuando el árbitro expulsó a Emilio. Y el equipo se hizo pequeño cuando Pepe Díaz y Patiño fallaron dos claras ocasiones. El miedo se apoderó de la grada, que vivía cada jugada con estupor. Pero el Real Murcia siguió luchando, peleando cada jugada, cada lanzamiento de su rival a la portería de un Alberto que si en otros partidos ha salvado la derrota, contra el Córdoba estuvo más inseguro que nunca. Pero no pasa nada. Porque ante la falta de acierto en la portería salió la lucha y la entrega de un equipo que no quiere darse por vencido en su objetivo de alcanzar la sexta posición.

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