El Alboroque Digital
Texto gentileza de Pachi Amorós, Archivera Municipal del Ayuntamiento de Archena.
Archena siempre fue una villa abierta, receptora de turismo de salud mucho antes de que se inventara el término. Al menos desde el siglo XVI sabemos que eran muy frecuentes las visitas de forasteros, especialmente en primavera, que accedían a Archena por medio del barco que cruzaba el río, a falta de puentes (el primero se inauguró el 1 de septiembre de 1865) como los actuales. Por ahí transitaba la humanidad doliente, en expresión muy usada en el siglo XIX, buscando aliviar sus males con las aguas termales de los Baños.
Texto gentileza de Pachi Amorós, Archivera Municipal del Ayuntamiento de Archena.
Archena siempre fue una villa abierta, receptora de turismo de salud mucho antes de que se inventara el término. Al menos desde el siglo XVI sabemos que eran muy frecuentes las visitas de forasteros, especialmente en primavera, que accedían a Archena por medio del barco que cruzaba el río, a falta de puentes (el primero se inauguró el 1 de septiembre de 1865) como los actuales. Por ahí transitaba la humanidad doliente, en expresión muy usada en el siglo XIX, buscando aliviar sus males con las aguas termales de los Baños.
Archena no contaba con ningún cartero profesional y los Libros del gasto menudo, donde el Mayordomo apuntaba pormenorizadamente la contabilidad municipal, recogen con frecuencia pagos a propios, es decir vecinos de la villa, por desplazamientos fundamentalmente a Calasparra (villa que formaba, junto a la propia Archena, una Encomienda de la Orden de San Juan) y Murcia.
Centrándonos ya en las telecomunicaciones, por una Real Orden de 4 de febrero de 1885 se concedió a la villa la instalación de una línea telefónica que la enlace con estación telegráfica del estado en Murcia. La premura que corría para la implantación del servicio era tan grande, que se solicitó una declaración de excepción que permitiera obviar formalidades en la subasta para las obras de instalación.
Efectivamente, todos los trámites se completaron rápidamente, y el domingo 26 de abril de ese mismo año fue inaugurada, con toda solemnidad, la Estación Telefónica en un cuarto en la planta baja de la Casa Consistorial arrendado... Se trata, sin duda de una de las casetas que, situadas en la Plaza de España, junto a la Casa Grande, albergaron luego puestos del mercado y mas tarde diversas tiendas y actividades (zapatero, reparaciones de radios...) hasta su desaparición en los primeros años setenta. Encargado de ese primer teléfono fue José García García, por entonces un alumno del maestro Miguel Medina, designado por este para el puesto y que gracias a él pudo costear sus estudios de Magisterio, siendo conocido por todos como el Maestro Pepe.
Para esas fechas el Balneario ya contaba con su propia línea telefónica, en un tiempo casi record, si tenemos en cuenta que el primer teléfono fue presentado oficialmente al mundo en 1876. Los Baños mantuvieron su adelanto en telecomunicaciones con respecto a la Villa como lo prueba la solicitud, planteada en 1909 para que la estación telegráfica fuera trasladada desde los Baños a Archena durante los meses que no eran temporada oficial.
Momento fundamental para las comunicaciones archeneras fue el año 1912, cuando se creó una estafeta de correos y quedó abierta al público, ya durante todo el año, la estación telegráfica.
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