El equipo de Iñaki Alonso solo intimidó al Guadalajara en los últimos quince minutos, tras una primera parte para olvidar
11 de diciembre de 2011
JOSÉ OTÓN.-/ La verdad
El Real Murcia parece un equipo masoquista. Tras tres jornadas en las que el equipo de Iñaki Alonso había bajado sus prestaciones, saltó al terreno de juego del Pedro Escartín dormido en un partido que necesitaba ganar para afianzar sus argumentos futbolísticos. Un partido que además servía para demostrar porqué el Real Murcia que era el segundo mejor equipo a domicilio. Pero pareció que la fiesta no iba con él ya que anduvo dormido durante setenta y de los noventa minutos y no supo cómo hacer daño a su rival hasta el último cuarto de hora en el que Sutil tomó el mando y se echó el juego de su equipo a su espalda. Hasta ése momento el Real Murcia dio una triste imagen con un Guadalajara que apoyado en un fútbol primitivo tumbó a un Real Murcia que ayer perdió la oportunidad de escalar hasta el octavo puesto y seguir mirando hacia arriba, en vez de hacia abajo.
Del Real Murcia de la primera parte se pueden extraer pocas conclusiones positivas. A pesar de que en los tres primeros minutos de partido pareció que el equipo de Iñaki Alonso iba a dejar atrás las 'pájaras' que lo habían condenado en muchos partidos esta temporada, pronto le dejó el papel protagonista a un Guadalajara que con un fútbol del norte, a imagen y semejanza de su entrenador formado en el Athletic, puso contra las cuerdas al equipo grana. Y eso que el Real Murcia necesitaba dar una imagen positiva en este encuentro tras tres jornadas de dudas en las que solo había cazado un punto. El Guadalajara comenzó a colgar balones y con un fútbol primitivo se apoderó del espíritu grana.
De hecho, solo Pedro y en un disparo lejano en esos primeros tres minutos había intentado hacer daño. La posesión no le duraba aun Real Murcia que necesitaba la mesura de Richi para complementar a un revolucionado Emilio Sánchez. A los diez minutos de juego Gafoor le ganó el primer balón aéreo a Jorge, avisando de lo que le venía a la defensa grana en los siguientes minutos. Tres minutos después un disparo desde la frontal de Iván Moreno provocó la primera intervención de mérito de Alberto, que despejó a saque de esquina con la punta de los dedos. En la jugada posterior Gafoor le ganó la partida de nuevo a Iván Amaya y Óscar Sánchez y colocaba el balón en el fondo de la portería grana.
La defensa del Real Murcia era un coladero y daba sensación de inseguridad. El Real Murcia solo se asomaba al área de Saizar en jugadas de estrategia que no funcionaban. El equipo de Iñaki Alonso daba la sensación de estar de nuevo desenchufado. Con muy poco fútbol pero con las ideas muy claras, el Guadalajara se había apoderado del encuentro. Había marcado pronto y ahora se metía atrás a esperar los fallos de su rival. El Real Murcia no tenía claridad en el último pase y seguía cometiendo fallos atrás. Como el que originó el segundo gol del Guadalajara, obra de Iván Moreno con un disparo cruzado que se metió por la escuadra de Alberto. Antes del descanso aún el Guadalajara volvió a dar sensación de peligro con un disparo de falta de Ernesto que atrapó con dificultad Alberto.
Apuesta ofensiva
Iñaki Alonso se la jugó con los cambios tras el descanso. Meter en el terreno de juego a Chando y Paco Sutil y retirar a Mario Marín e Iturra suponía perder músculo en en el centro del campo y apostar por encerrar al Guadalajara, pero con riesgos. El plan implicaba posibles contragolpes del equipo de Carlos Terrazas. Pero el Real Murcia siguió sin saber llegar a pesar de la superioridad en el centro del campo. Solo a los seis minutos de la reanudación una jugada entre Borja y Emilio la culminó el manchego con un disparo con veneno que salió cerca del palo. Pero a los veinte minutos de la segunda parte el efecto de los cambios se había diluido e Iñaki apostó por meter a Isaac Jové para buscar más velocidad arriba. Eso sí, sacrificando a un Borja que anduvo perdido. La mejor noticia para el Real Murcia es que el Guadalajara con cada minuto que pasaba daba un paso atrás, aunque sin renunciar a sentenciar el partido al contragolpe. Pero el equipo de Iñaki Alonso adolecía de amor propio. Solo demostró que era mejor que su rival en los últimos quince minutos coincidiendo con la aparición de Sutil. El jienense, con su verticalidad y su rapidez mental, sorprendía a la defensa del Guadalajara, hasta el momento poco zarandeada por los delanteros murcianos. A diecisiete minutos del final Isaac avisaba con un disparo blando tras una jugada en la que no se entendió con Chando. Un minuto después Pedro no aprovechaba un centro medido del propio Sutil en el centro del área, en una jugada que requería golpear a la primera. Hasta que en el minuto 32, Pedro, el menos malo de los murcianistas, agarraba un balón de espaldas dentro del área y se revolvía sorprendiendo a Saizar y anotando el 1-2. Al equipo de Iñaki Alonso le entraban las prisas. En dos minutos el Real Murcia volvió a disparar dos veces, primero el mismo Pedro y después Sutil. Pero el Guadalajara, a pesar de contar con un jugador menos durante más de diez minutos, contuvo a un Real Murcia que solo se acordó de jugar al fútbol al final.
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