Fuente: El alboroque digital.
Los censos de población buscan conocer el número de habitantes, inicialmente con fines fiscales. Característica fundamental de los censos, compartida por casi toda la documentación de Archivo, es la importancia de su carácter seriado, es decir tiene sólo una relativa validez en sí mismo, porque lo más interesante es compararlo con otros censos anteriores y posteriores.
Esa comparación es la que permite establecer tendencias, reflejando a veces bruscas caídas, que denotan momentos críticos por epidemias o especiales circunstancias, como la expulsión de los moriscos en 1614, que implicó para Archena la pérdida de casi el 50% de su población.
Esa comparación es la que permite establecer tendencias, reflejando a veces bruscas caídas, que denotan momentos críticos por epidemias o especiales circunstancias, como la expulsión de los moriscos en 1614, que implicó para Archena la pérdida de casi el 50% de su población.
La escasa población con la que contaba parece ser una de las razones de la relativa dependencia de Archena con respecto a Calasparra dentro de la Encomienda de la Orden de San Juan a la que pertenecían ambas villas. La otra causa para que instituciones de la Encomienda estuvieran en Calasparra, adonde debían ir los propios de Archena para llevar las elecciones anuales de los cargos del Concejo, era la mayor presencia de cristianos en la villa del noroeste, frente al predominio absoluto de los moriscos en Archena.
Después de esa brusca caída en una población que ya era escasa, se produce un espectacular desarrollo demográfico, el más alto del reino de Murcia que pasó de 146.434 habitantes a 336.153, un incremento notablemente superior a la media española[1]. En Archena en concreto el número de habitantes en 1656 era de poco más de ochenta, contando tan solo con 20 vecinos. Un siglo después, en 1761, alcanzaba los 120 vecinos[2], que vienen a representar unos quinientos habitantes. A la consolidación del crecimiento demográfico contribuyó enormemente la ausencia de importantes epidemias, como la peste de 1648, que en localidades como Mula o Alhama redujo la población al 50%, aunque su incidencia en Archena fue escasa. Si en los siglos anteriores Castilla era el reino más poblado, a partir del XVIII ocurre lo contrario: se produce un aumento poblacional en la periferia peninsular frente a una casi desertización del interior; distribución mantenida hasta hoy día.
El padrón de 1822 es el primero que refleja el número de habitantes globales, no sólo el de vecinos, alcanzando Archena los 804, pese a que el primer tercio del siglo XIX sí fue un momento muy delicado, con malas cosechas, hambrunas y epidemias de fiebre amarilla y cólera (fundamentalmente la de 1834), que se repetiría en numerosas ocasiones. En los padrones aparecen relacionados los habitantes por unidades familiares: primero el cabeza de familia, el padre, (o en ocasiones la viuda), seguido de la esposa y a continuación los hijos. Estos se citan primero los varones, en función de la edad y seguidamente las mujeres. Normalmente incluyen la profesión.
Pachi Amorós Vidal (Archivera del Ayuntamiento de Archena)
[1] JOSEFINA MELGAREJO: “El censo de Floridablanca en Murcia y su Reino”
[2] Para hallar el número de habitantes se multiplica el de vecinos por 4 ó 4,5
Después de esa brusca caída en una población que ya era escasa, se produce un espectacular desarrollo demográfico, el más alto del reino de Murcia que pasó de 146.434 habitantes a 336.153, un incremento notablemente superior a la media española[1]. En Archena en concreto el número de habitantes en 1656 era de poco más de ochenta, contando tan solo con 20 vecinos. Un siglo después, en 1761, alcanzaba los 120 vecinos[2], que vienen a representar unos quinientos habitantes. A la consolidación del crecimiento demográfico contribuyó enormemente la ausencia de importantes epidemias, como la peste de 1648, que en localidades como Mula o Alhama redujo la población al 50%, aunque su incidencia en Archena fue escasa. Si en los siglos anteriores Castilla era el reino más poblado, a partir del XVIII ocurre lo contrario: se produce un aumento poblacional en la periferia peninsular frente a una casi desertización del interior; distribución mantenida hasta hoy día.
El padrón de 1822 es el primero que refleja el número de habitantes globales, no sólo el de vecinos, alcanzando Archena los 804, pese a que el primer tercio del siglo XIX sí fue un momento muy delicado, con malas cosechas, hambrunas y epidemias de fiebre amarilla y cólera (fundamentalmente la de 1834), que se repetiría en numerosas ocasiones. En los padrones aparecen relacionados los habitantes por unidades familiares: primero el cabeza de familia, el padre, (o en ocasiones la viuda), seguido de la esposa y a continuación los hijos. Estos se citan primero los varones, en función de la edad y seguidamente las mujeres. Normalmente incluyen la profesión.
Pachi Amorós Vidal (Archivera del Ayuntamiento de Archena)
[1] JOSEFINA MELGAREJO: “El censo de Floridablanca en Murcia y su Reino”
[2] Para hallar el número de habitantes se multiplica el de vecinos por 4 ó 4,5
No hay comentarios:
Publicar un comentario