30 de marzo de 2007

BOLILLOS EN LA ALGAIDA

HACIENDO ENCAJE DE BOLILLOS EN LA ALGAIDA.
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El encaje de bolillos, es una de las tradiciones culturales de manualidades, que cada día se practica en más cantidad de lugares en España.

Águeda Guillamón Ferrer, es una señora de Archena, que está entusiasmada con este tipo de manualidades, y aquí la podemos ver, en una demostración en la que se observa su habilidad manual, para las puntillas y los encajes.

En Valencia, parece ser que Canals, es la meca del encaje de bolillos y nos referimos a la siguiente noticia:

Más de 700 personas se congregan en el pabellón deportivo en una exhibición de una actividad textil iniciada en el siglo XVI.

Bolillos en cantidades industriales. No es una nueva iniciativa empresarial, sino el resultado de una particular exhibición que se llevó a cabo el pasado fin de semana en el pabellón deportivo Ricardo Tormo de Canals. El recinto acogió la sexta edición de un evento que organiza la Asociación de Amas de Casa de la población de la Costera, y que reunió a cerca de 700 personas que participaron en la elaboración de estos bordados. Entre los participantes había desde una niña de cinco años hasta una mujer de setenta y dos años. “Los bolillos no solo son para personas adultas. Aunque parecen muy complicados de hacer todo, el mundo puede aprender a hacer los encajes con un poco de interés”, mencionó Nieves Ballester, de la Asociación de Amas de Casa de Canals. Los participantes mostraron su dotes para realizar una actividad textil que se remonta al siglo XVI. En el evento se demostró que ser mujer no es condición sine qua non para confeccionar encajes de bolillos. Unos 25 hombres participaron en un encuentro que ya es una tradición en Canals.





“No es una afición exclusiva de las mujeres, cada vez más hombres se animan a hacer encajes”, comentó Esther Martínez, profesora de bolillos de Canals. Entre las razones que llevan a cada vez más aficionados a realizar estas creaciones textiles, según Nieves Ballester “es la satisfacción de elaborar un bordado hecho a mano. Son muchas las horas que se necesitan para hacer los encajes, pero cuando ves el resultado final, vale la pena el esfuerzo”.


Además, como reconocieron numerosos participantes “es un pasatiempos que relaja. Mientras estás con los bolillos no piensas en otra cosa que en realizar bien el trabajo”. Algunos llegaron a explicar el secreto de ese efecto sedante: el sonido que emite al chocar la madera de boj. Según uno de los organizadores del evento, Richard Martínez, “la participación ha sido un éxito, pues los bolilleros han venido de 33 localidades diferentes, hasta de la región de Murcia. Además, la población ha respondido con expectación viniendo al pabellón a interesarse por los bordados”.


La concentración no tenía ningún carácter competitivo. “Sin embargo, para nosotros venir aquí es una satisfacción, pues nos permite conocer a más gente y nos anima a mantener la ilusión por continuar con los bolillos”, concluyó Ballester. Y como suele ocurrir en este tipo de eventos, siempre hay quien mira de reojo para curiosear qué es lo que anima a cientos de personas a pasar una mañana de domingo enclaustrados en un pabellón. “Este tipo de eventos logran que más personas conozcan y se interesen por el encaje de bolillos”, mencionó Esther Martínez. Arraigo en la Costera En la comarca de la Costera, esta ancestral actividad textil tiene cierto arraigo.


De hecho, En la escuela de bolillos de Canals hay treinta alumnas, diez en l’Alcúdia de Crespins y unas veinte aprendices más en Xàtiva. Los más minuciosos pueden preguntarse qué se hizo de la producción de 700 personas durante más de tres horas. “Suelo regalárselo lo a personas que aprecio especialmente, como son los familiares más cercanos o las amistades íntimas que saben apreciar el esfuerzo que ponemos en el trabajo”, subrayó Esther Martínez.

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