22 de abril de 2013

El Real Murcia arranca un punto vital al filial azulgrana


El triunfo del Hércules le deja cuarto por la cola - El empate lo marcó Dos Santos tras un saque de esquina

A pesar de estar muy cerca del descenso tras la victoria del Hércules, el Real Murcia arrancó un importante punto (1-1) ante un Barcelona B cuyo buen juego se ha esfumado en la recta final de temporada.
El Miniestadi, uno de los feudos más exigentes de Segunda División en toda esta campaña, se ha convertido desde hace un par de meses en un oasis en el que los equipos que flaquean acuden a refrescarse, tomar oxígeno y, de paso, llevarse algún punto.
Guadalajara, Huesca, Mirandés y, esta tarde, el Murcia, han sacado provecho del inesperado maná de un filial pobre, con sus buenas maneras en paradero desconocido desde el pasado enero.

Como ocurrió en los anteriores casos, los jóvenes azulgranas pensaron que el gol de Jean Marie Dongou en el primer tiempo bastaría. De nuevo se equivocaron, porque a sus rivales les va la vida en el asunto.
El partido se reflejó en la tarde barcelonesa, que empezó con calor primaveral y acabó con un frío más propio de otoño. Con un juego con muy pocos argumentos, el Murcia conduce sin frenos cuesta abajo, hacia ese precipicio del descenso que ya se vislumbra peligrosamente en el horizonte.
El triunfo del Hércules esta tarde le deja cuarto por la cola, en una jornada que empezó a nublarse cuando el prometedor delantero azulgrana Jean Marie Dongou adelantó a los locales a los 18 minutos.
El camerunés, con el gol en la sangre, lo celebró con el único camino que conoce su instinto. En mitad del sopor generalizado, recogió un balón muerto y, con un movimiento espectacular, recortó con la derecha y fusiló con un remate seco con la zurda (1-0). Fue su cuarto gol en su primer año en Segunda.
Deulofeu pudo ampliar distancias en un contragolpe, pero el meta Javi Jiménez atajó su remate cruzado. El Murcia parecía sentenciado, pero aún así ya advirtió de sus intenciones cuando Masip tuvo que atajar providencialmente un testarazo de Nico primero y, antes del descanso, una doble ocasión a bocajarro de Kike y Eddy, cuyo remate final, a un metro de la línea, se marchó muy elevado.
El Murcia logró el empate a los diez minutos de la reanudación. En un saque de esquina, Dos Santos cabeceó y el balón, a priori fácil, se escurrió entre los brazos y el cuerpo de Masip. Kike pudo haber tocado el balón justo antes, aunque fue el central quien celebró el tanto.
En la siguiente jugada, Luis Alberto pudo haber dado la victoria al Barça B en un remate de cabeza picado al césped, que acabó botando por encima del larguero. Poco más ofreció el filial, merecidamente castigado en su racanería por un Murcia que, a pesar de entrar en descenso, se marchó más que satisfecho del Miniestadi.

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